El hijo de Russo, en La Bombonera como rival. Emotivo homenaje de la afición de Boca

Ignacio Russo Cordero, para todos, simplemente Nacho, vivió una noche intensa. El futbolista argentino habló tras la derrota de Tigre en La Bombonera ante Boca Juniors, en un partido cargado de emociones difíciles de gestionar. El defensa, hijo de Miguel Ángel Russo, histórico técnico xeneize fallecido hace poco más de un mes, fue recibido con una ovación conmovedora por parte de la afición de Boca, que quiso rendirle homenaje en un momento de gran carga simbólica.

Visiblemente emocionado por ese aplauso, Nacho contó lo complicado que fue saltar al campo en un estadio tan ligado a la memoria de su padre. "En lo emocional fue muy fuerte, porque él estuvo aquí hasta hace muy poco", confesó. "Pero yo tenía que cumplir con mi deber: jugar para Tigre e intentar ganar. Es mi trabajo y mi compromiso con el club". El defensa admitió que el momento más difícil de gestionar fue el prepartido: "Obviamente, todo esto le puso un plus especial antes del inicio. Es imposible no pensar en él en un lugar como este".

Con el balón ya en juego, Russo intentó centrarse únicamente en el partido: "Cuando el árbitro pitó, traté de aislarme y pensar solo en jugar". Al final, sin embargo, la emoción volvió a aparecer. "Veré si puedo disfrutar algo de este momento, si la rabia por la derrota me lo permite, porque es algo que no se repetirá nunca más", concluyó, consciente de haber vivido una noche única e irrepetible.