Crisis en el Liverpool: las leyendas se dividen. Gerrard defiende a Salah y Carragher carga contra la directiva

El Liverpool ha perdido el norte. El vigente campeón de Inglaterra sufrió ayer una clamorosa humillación en la Champions League, al caer 1-4 en casa ante el PSV Eindhoven. Es la novena derrota en los últimos doce partidos, una racha negativa que no se veía desde 1953 y que ha reavivado de inmediato el debate sobre el futuro del técnico Arne Slot, aunque por ahora su puesto no parece peligrar.

Tras el triunfo de la temporada pasada y la conquista del vigésimo título liguero, los Reds han invertido más de 480 millones de euros este verano en siete fichajes, entre ellos Alexander Isak, Florian Wirtz y Hugo Ekitike, con el objetivo de reforzar la plantilla y consolidar su competitividad en Europa. El arranque fue prometedor, con siete victorias seguidas; el desplome comenzó con la primera derrota en la Premier ante el Crystal Palace, el 27 de septiembre, y abrió una involución que ha llevado al equipo a pasar del primer al duodécimo puesto en la Premier League y al decimotercer lugar en la Champions.

En el punto de mira están, sobre todo, los líderes Mohamed Salah y Virgil van Dijk, que han concentrado buena parte de las críticas. Steven Gerrard ha defendido al técnico y a algunos jugadores, y ha pedido no caer en juicios precipitados: 'Señalar a Salah es injusto; hace falta cohesión para recuperar la estabilidad'. Jamie Carragher ha señalado que el problema no es el entrenador, sino la gestión global de la política del club: 'No es solo un descarrilamiento, es un mega-descarrilamiento, sin timón ni rumbo'.