Bolivia: tangana colosal tras el Real Oruro-Blooming, 17 expulsados e intervención de la policía

Escenas de auténtica locura, difíciles de asociar a un partido de fútbol, sacudieron Bolivia al término del duelo de vuelta de los cuartos de final de la Copa Nacional entre Real Oruro y Blooming. El choque, disputado hace tres días y resuelto con un 2-2, dio a los visitantes el billete para semifinales, pero también dejó una de las trifulcas más violentas y confusas que se recuerdan en el fútbol.

Todo arrancó tras el pitido final, cuando los jugadores de Blooming celebraron la clasificación a la vista de sus rivales. Un futbolista de Real Oruro se sintió provocado y, a partir de ahí, todo se desmadró en cuestión de segundos: primero empujones, luego patadas, puñetazos y agresiones colectivas, con los banquillos abandonando su zona para sumarse a la tangana. Sobre el césped del Estadio Jesús Bermúdez —a más de 3.800 metros de altitud— se vivió un auténtico todos contra todos.

Ante la imposibilidad del árbitro de restablecer el orden, tuvo que intervenir la policía con material antidisturbios. A los agentes les costó lo suyo separar a los contendientes: se emplearon porras, escudos, spray pimienta e incluso gas lacrimógeno para dispersar a los grupos que seguían agrediéndose. El balance es demoledor: el acta arbitral recoge 17 expulsados, entre ellos once futbolistas y seis miembros de los cuerpos técnicos. Blooming perderá a siete jugadores, al técnico Mauricio Soria y a otros dos asistentes; Real Oruro, a cuatro jugadores, al técnico Marcelo Robledo y a dos ayudantes.

Ahora el expediente pasará al Tribunal Disciplinario de la Federación Boliviana de Fútbol, que se prepara para imponer una de las sanciones más duras de la historia reciente del fútbol nacional.