Scamacca volverá a ser grande en el Atalanta BC: sacrificio, trabajo y muchos goles

Hay experiencias que pueden tumbarte, pero con la determinación adecuada y las ganas de recuperar lo que en realidad nunca se perdió, se puede volver más fuerte que antes. Ese es el objetivo de Gianluca Scamacca esta temporada con el Atalanta BC, tras una campaña entera en el dique seco, y con la ambición de volver a ser grande para hacer grande a una Atalanta que vuelve a resurgir.

El '9' del Atalanta BC era, en cierto modo, el mejor fichaje del curso por varios motivos: su enorme talento y, cómo no, las nuevas jerarquías que se iban a dibujar. Mateo Retegui había salido de forma inesperada (aunque inevitable, vista la cifra de 68,5 millones de euros), y el club fichó a Krstovic para ejercer de '9' suplente, dejando a Gianluca como primera opción en la delantera.

Arranque fulgurante, con su primer gol en el debut contra el Pisa SC, y en Parma rozó un golazo desde fuera del área. Sin embargo, Scamacca sigue siendo un delantero centro tan potente como frágil, con las lesiones siempre al acecho, y tuvo que parar casi un mes. Además, la incertidumbre física era comprensible: bajo el mando de Juric, el ex del US Sassuolo se veía falto de forma y las constantes revoluciones en el once no ayudaban.

Con Palladino cambió el guion, y no solo en cuanto a tranquilidad. Gianluca Scamacca ha vuelto a sentirse importante, y se nota sobre el césped: aguanta la pelota, fija a los centrales, se basta para tirar del ataque y se convierte en referencia para sus compañeros, con una química cada vez mayor. Más allá del gol, lo que más le faltaba era precisamente el respaldo del equipo.

Salvo ante el SSC Napoli, frente a Eintracht Frankfurt, ACF Fiorentina y Genoa CFC no ha visto puerta (la tuvo cerca), pero mantuvo el mismo espíritu de lucha. ¿El gol? Como dice Palladino, es la consecuencia de un trabajo bien hecho, y Gianluca Scamacca, con este espíritu de sacrificio y mucha más madurez, puede convertirse en uno de los mejores 'nueves' de Europa, igual que hace dos años, cuando solo la mala fortuna le frenó momentáneamente.