La Juventus de Spalletti sigue creciendo: gana un partido muy duro en Pisa

La cuarta victoria consecutiva de la Juventus, la séptima en los últimos ocho partidos oficiales, fue muy trabajada, pero igual de buscada y deseada. En cuanto al juego, un paso atrás respecto a los duelos ante Bolonia y AS Roma, pero ahora mismo la Juve no está para exigir alardes.

Nada más empezar, el equipo de Luciano Spalletti salió fuerte, presionando arriba al conjunto de Gilardino, que respondió de igual manera. Se vio un toma y daca, muchas prisas y poca claridad por ambos bandos. Apenas se pisaron las áreas y, en el balance de ocasiones al descanso, destaca un tiro con rosca, alto, de Yildiz y un balón al larguero del Pisa que hizo temblar a Di Gregorio.

La reanudación siguió el guion del final del primer tiempo: la Juve llevó la manija sin encontrar huecos en los últimos metros y los locales de Alberto Gilardino estrellaron otro remate de cabeza en el palo, con el meta bianconero prácticamente batido. Spalletti movió ficha: se marcharon Locatelli y Openda (mucho empeño, poca claridad esta vez) y entraron Zhegrova y David.

El kosovar, imprevisible con sus acciones, sufre para romper al espacio, pero en estático siempre deja la sensación de poder inventar algo. Por su costado nació la jugada del 0-1: un envío de Kalulu que desvió Calabresi y balón a la red, esta vez sin ansiedad y con cabeza. Con el marcador ya abierto, el Pisa concedió más contras, dejó más metros a la espalda y el 0-2 en el tramo final, obra de Yildiz (con mérito también para Miretti), fue la consecuencia lógica.

En lo táctico hubo poco que no se hubiera visto en etapas anteriores, pero probablemente hace unos meses este equipo no se habría llevado los tres puntos. La victoria, aunque sufrida, se buscó con todas las fuerzas, físicas y mentales. Es un punto más de madurez del grupo y eso invita al optimismo de cara a los próximos compromisos del calendario, a priori todos asequibles.