Athletic Club, el discurso de despedida de Óscar de Marcos

"“Hoy no estoy aquí para decir adiós. Estoy aquí para dar las gracias. Para despedirme en casa, con mi gente, en el lugar donde he crecido como persona y como profesional.
Han sido dieciséis años dando todo lo que tenía, y recibiendo muchísimo más. Llegué sin saber cuánto iba a durar. Podía ser un día, un mes, un año… y al final me quedé, porque encontré mi lugar.
Me acogieron como a uno más, como a un hijo, y con el tiempo, sentí que formaba parte de este hogar. Lezama ha sido mucho más que un campo de entrenamiento. Era empezar cada mañana con un propósito, con ilusión.
Y San Mamés… San Mamés ha sido mi templo. Allí encontré abrigo, paciencia, cariño. Allí la afición me hizo sentir que estaba exactamente donde tenía que estar.
Hoy me despido, sí, pero no me voy del todo. Porque cuando uno ha vivido con tanto amor, deja raíces. Aunque el cuerpo se marche, una parte de mí se quedará aquí siempre. Gracias por tanto. Gracias por hacer de este sueño algo eterno.
Me voy siendo quien soy porque aquí me enseñaron a serlo. Pero no sin antes dejar una reflexión, o quizás una conclusión, a la que llegué en Manchester. Cuando todo parece decepción siempre hay algo dentro de mí que acaba convirtiéndolo en enseñanza, quizás la respuesta a la pregunta que tantas veces me he repetido en este camino.
¿Qué es para ti el Athletic?
Pues para mí, el Athletic no es solo un nombre, no es solo un club de fútbol. Es la punta de un iceberg inmenso, donde lo más grande… es justo lo que no se ve.
Debajo de esa palabra que brilla, vive la lealtad de un pueblo, la fidelidad que no negocia, el compañerismo que va contigo.
Está el ponerse siempre al servicio del grupo, caminar juntos, codo con codo, sin ruido.
Para muchos es fútbol. Para mí, es familia.
Es amistad que se celebra, es educación que no se enseña en una pizarra sino en el ejemplo, en el respeto, en dar antes que pedir, en callar cuando toca, y en luchar hasta el último suspiro… y seguir.
Por eso, cuando pienso en mis hijos, no quiero que aprendan a amar un club. Quiero que aprendan a vivir como se vive en el Athletic. No con la mirada puesta en la victoria, sino en la forma de recorrer la historia.
No quiero solo enseñarles un escudo, quiero enseñarles un modo de estar en el mundo.
Que sepan que ser del Athletic no es una camiseta ni una bandera al viento. Es ser fiel, ser justo, ser honesto, aunque nadie te esté viendo”.