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Las virguerías del fútbol siempre se acompañan del balón

Las virguerías del fútbol siempre se acompañan del balónTODOmercadoWEB.es
miércoles 22 julio 2020, 01:00Editorial
de Manuel Rodríguez
“Pensar es fácil, actuar es difícil, y poner los pensamientos de uno mismo en acción es lo más difícil del mundo”. (Goetthe).

Vaya por delante que no estoy en contra de las virguerías que se buscan en el fútbol individualista, algunas son de salón, otras de cara a la galería y lucimiento personal. Es lógico que recurra a mi libro “Futbolandia: Ensoñaciones, realidades y virguerías del fútbol”, publicado en 2011 porque fue allí donde me explayé a este respecto. En el capítulo “Virguerías del fútbol” tuve que fajarme para encontrar relatos de jugadas muy llamativas y que no aparecen en libros de fútbol, ni manuales sobre la materia, ni siquiera en las enciclopedias más versadas. Allí tuve el placer de mentar bastantes jugadas brillantes, tanto de Maradona como de Zinedine Zidane y llegué a acumular cerca de treinta relatos que, en muchos casos, resultaban inéditos salvo alguna excepción que encontré en una publicación antigua de Geronazo.

Hace unas fechas, (Marca, 7.04.2020) encontré un artículo titulado “Buscando el mejor regate de la historia del fútbol”. Y entresaqué una síntesis de jugadas, como la de Bergkamp cuando “marcó el mejor gol en los 25 años de la historia de la “Premier”, un 2 de marzo de 2002 en St. James Park durante un Arsenal-Newcastle, el genio holandés se inventó un regate a los 10 minutos que necesita ser visto varias veces para descifrarlo, para anotar un auténtico golazo”. También se citaba a Zidane y “de todas las que tiene el crack francés en su baúl de detalles únicos… hemos elegido su ruleta-bicicleta-gol ante el Tokyo Verdy en 2004”. Por supuesto, no podían faltar los regates “made” in Brasil: “El triple amague de Ronaldo Nazario contra la Lazio en la final de la “Copa de la UEFA 1998”. Un partido inolvidable para los amantes del fútbol cuando recuerdas el triple regate del astro brasileño, sin tocar la pelota, para dejar sentado al portero”. Y, lógicamente, apareció una muestra de Messi: “En 2015, la “Pulga” dejó en el camino al defensor del Bayern de Münich, quien colaboró con su caída para generar una impactante imagen, para mandar el esférico a las redes”.

“¿Los futbolistas geniales son los que saben? ¡Cuántos futbolistas geniales no saben ni supieron por qué eran geniales!, aseguró Dante Panzeri en su inigualable libro “Fútbol, dinámica de lo impensado”. En mi ensayo “Futbolandia…” precisé que una “Virguería es un adorno, refinamiento añadido a alguna cosa o trabajo”. Todos los futbolistas de nivel pueden ejercer en un momento dado como artistas del dominio de la pelota: “El “mago” Juan Román Riquelme sorprendió al mundo con su caño a Charles Pérez durante un Boca Juniors-Rosario Central. El mediapunta se inventó una ruleta-tacón que acabó convirtiéndose en uno de los mejores caños de la historia”. El falso lento Riquelme era muy capaz de esto y de lanzar “chanfles” para asistir a compañeros en el umbral del gol, o de regatear en corto, o de golear en un libre indirecto donde la barrera tapaba a su portero. Del mismo modo, se citó “el jugadón de Fornals que volvió loco a Iñigo Martínez. Aquel dejó un regate para el recuerdo en el Athletic-Villarreal que viralizó rápidamente en las redes sociales durante un partido de la Liga 2018/19”.

Siempre me sorprendieron las improvisaciones de Ronaldinho y en el artículo citado leí que “la elástica (Ronaldinho) ha sido uno de los regates preferidos del brasileño. De entre todas, esta de Ronaldinho con el Milán seguida de una rabona fue de las más recordadas”. Y antes habíamos disfrutado de la “cola de vaca” de Romario: “El regate del “10” azulgrana a Rafael Alkorta pasó a la historia de los clásicos en la noche del 5-0 del “Dream Team” al Real Madrid. La jugada culminó con el primero de los tres goles que hizo Romario aquella noche”.

En mi ensayo sobre las “Virguerías del fútbol” en “Futbolandia”, relaté “El mejor gol de la historia del fútbol” (Maradona); “La novena sinfonía de Zidane”, cuando el Real Madrid consiguió la “Novena Champions League”; “Las gambetas de lujo”, entre ellas la de Djalminha en el Coruña; “Las moñas y las fintas” de las que nos hablaba Héctor Cuper; “El escorpión” de Higuita; “La Chilena” desde Ardiles a Pelé y otros especialistas adelantados; “El penalti congelado” a lo Panenka; “El tacón Sarabia” el del Athletic de Bilbao; “La bomba inteligente” de Roberto Carlos; “La Boba” del argentino D’Alessandro; “La Hachita” de Geronazzo que la definió como patrimonio de Maradona y ahora la identificamos como “La Rabona”; “La Marianela” que yo disfruté viéndola hacer a Carvajal en la U.D. Salamanca; “La matada”, ese control después de un balón llovido del cielo que ahora hemos dado en llamar “hacer un chicle”; “Homenaje al dribling”, sobre todo me transporta al mejor driblador que disfruté jamás como fue el caso del “mago” Garrincha; “El aguanís” como amague con posterior regate en el que Raul sentó su maestría; “La croqueta” que pudimos observarla en los pies de Laudrup y posteriormente el albaceteño Iniesta; “La cola de vaca” de Romario; “La marsellesa” de Zidane, otros la titularon “Roulette” y que ahora se conoce más como “Ruleta”; “La elástica” de Ronaldinho; “Golpeo con rodilla bloqueada” de Guardiola; “La foquinha” del jugador Kerlon que ahora mismo le tenemos perdida la pista; “La Aurelio” de Juninho y posteriormente de Taddei; “El penalti indirecto” de Cruyff y Neskens que explotaba una norma del Reglamento poco conocida; y que en cierta ocasión quiso imitarlo Thierry Henry y Robert Pires quienes estuvieron muy desafortunados al fallar y no meter gol; etcétera.

Es curioso, la reanudación de la Liga 2019/20, después del confinamiento, no ha presentado un juego preciosista sino más bien práctico para superar precisamente la intensidad del calendario donde algunos equipos llegaron a tener menos de 72 horas de descanso en alguna jornada. En concreto, ha habido un perdedor nato en esta fase como fue el Barcelona pues perdió los puntos suficientes para que el Real Madrid remontara sin perder. Y siempre me gusta hacer un balance sintético de los factores que detecté en este período. Tanto la condición física como el efecto de las rotaciones añadieron pluses importantes para este período de éxito del Real Madrid, incluso en una etapa donde el VAR está siendo muy cuestionado fue un aliado de los madridistas, pero, reflexionemos, de no haber existido el VAR el arbitraje hubiera perjudicado al equipo de manera evidente. Por el contrario, el Barcelona se quedó anclado en el toque vacuo anunciado por Setién, el desorden institucional y la dependencia de Messi que cada vez es más evidente. No obstante, en Villarreal jugaron un excelente partido ganando con facilidad por 4-1, quizás el mejor partido del Barça precisamente cuando más dudas acumulaban. Si ellos hubieran ganado todo, ahora mismo serían líderes por delante del Real Madrid y no tendrían que acordarse de los arbitrajes para excusarse.