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Parón competitivo y entrenamiento mental

Parón competitivo y entrenamiento mentalTODOmercadoWEB.es
jueves 14 mayo 2020, 01:00Editorial
de Manuel Rodríguez
“La imaginación es el principio de la creación. Imagina lo que deseas, desea lo que imaginas y al final creas lo que deseas”. (George Bernard Shaw).

En (https://psicologiaymente.com/deporte/entrenamiento-mental-imaginacion-deporte) encontré apuntes interesantes sobre el entrenamiento mental del deportista. “La ciencia psicológica se ha ido ampliando de manera exponencial hacia campos que años atrás eran totalmente ajenos a su influencia. Eso se debe a que las investigaciones e intervenciones que se han desarrollado cada vez abarcan una mayor gama de comportamientos y procesos mentales, entre los que se incluyen aquellos ejecutados en los deportes”. Un excelente punto de partida para este momento tan depresivo en una competición suspendida de manera traumática, a la espera de mejores condiciones sanitarias para todo el planeta.

Y muy interesante resultan aseveraciones como éstas: “El Entrenamiento Mental a través de la Imaginación se basa en el principio de que la imaginación es un proceso básico para la elaboración y gestión de la información procesada por el cerebro. La imaginación está directamente influenciada tanto por las sensaciones como por las emociones y se utiliza para ordenar, explorar y examinar el pensamiento… Tal como dice el neurólogo británico Oliver Sacks en su conferencia en TED sobre las alucinaciones: “Vemos con los ojos, pero también vemos con el cerebro, y ver con el cerebro a menudo se llama imaginación…” (…) “En definitiva, la imaginación influye, consciente o inconscientemente, en nuestra acción”. (…) “La imaginación proporciona una plataforma única y segura para el ensayo del comportamiento previo al desarrollo real de éste, sin el riesgo de consecuencias negativas para quien imagina”.

En esta etapa negativa de la pandemia de “coronavirus” la sociedad cada vez está más crispada por las incertidumbres originadas; por otra parte, nadie tiene segura ninguna realidad. Allí donde preguntes tendrás una respuesta, pero ninguna será la definitiva, porque al momento aparecerá otro experto que transmite otras verdades contradictorias con todas las escuchadas en la semana anterior, incluso con la hora o el minuto pasado. En algún “twitter” llamaba yo a esta situación como la del “síndrome de la cagada de la mosca”, donde todos nos aferramos a detalles ínfimos de verdades relativas, sobre todo porque nos cuesta enfrentarnos a la gran realidad, evidente, irrenunciable del momento. El confinamiento es la mejor solución y si queremos violentarla con argumentos infantiles nos encontraremos con la auténtica realidad, que intuimos, pero no queremos ni pensar en ello ni verbalizarlo. ¿Lo importante es que los niños de hasta 14 años se puedan desconfinar de sus propias casas por un tiempo razonable de al menos una hora? Pues vamos a ello, hagamos un marco de actuación y no provoquemos obras de teatro ni melodramas porque el niño vaya a un parque, a un supermercado o una golosinería, porque siempre que estén en la calle deberán cumplir con unas pautas lógicas que todos podemos llegar a entender. Incluso habrá gente que no entenderá como fundamental que sus hijos estén en la calle. Pero no, hay que airear nuestros desacuerdos, nuestra capacidad de lógica frente a la de los otros, y acentuar esa “cagada de la mosca” (Exceso en los detalles sin importancia con influencias paranoides) frente al cumplimiento del objetivo principal mediante la utilización de las condiciones fundamentales.

Volviendo a las pautas señaladas en la web citada, llegamos a documentarnos que “la imaginación proporciona un escenario para llevar a cabo con seguridad las secuencias de comportamiento que puedan ayudar a la mejora de la ansiedad… La venganza de una fechoría es posible y fácil dentro del reino de la imaginación, sin que aparentemente se produzcan consecuencias. Muchas modalidades psicoterapéuticas utilizan el proceso de la imaginación para tratar ansiedad, fobias y otros trastornos”. (…) “Las investigaciones demuestran una gran influencia positiva de la imaginación sobre la ejecución deportiva… Mediante las técnicas de imaginación se pretende que el deportista asimile e interiorice el movimiento a través de un sistema codificado, que lo represente de manera simbólica y los haga más familiar y más automático. Es hasta tal punto importante, que su correcta aplicación conlleva una mejora en los procesos de retención y memorización de las tareas motrices (Damián Lozano,2004). (…) “La teoría psiconeuromuscular (Waineck, J. 1998), sostiene que impulsos similares ocurren en el cerebro y en los músculos cuando los atletas imaginan los movimientos sin ponerlos en práctica. La evidencia científica mantiene que el vivir los sucesos en la imaginación, genera una inervación en nuestros músculos similar a la producida por la verdadera ejecución física de un evento”. También se alude al proceso de aplicación de la técnica de imaginación, según Kemmler (1973) habría tres grados en el entrenamiento mental al que no llegaremos a plasmar en esta ocasión.

Ahora mismo, todos los atletas del mundo están parados, confinados, haciendo mantenimiento físico casi como justificando su sueldo porque conocen en su fuero interno que no competirán en breve. La mente también se entrena y así evitan la ansiedad y la “depresión” típica de la inactividad. Un buen artículo de José I. Pérez nos puso en guardia al respecto del estado de situación de los futbolistas españoles y, también, en otros países. De hecho, se cita que en Inglaterra han contactado 299 jugadores para solicitar ayuda psicológica a través de sus Asociaciones profesionales. El confinamiento pasa factura y el miedo al coronavirus también. El ambiente de incertidumbre pasa factura. Porque todo ello tiene un proceso y la primera pauta es que el futbolista debe aceptar lo que pasa. Y mucho más una realidad que se va consolidando como es que este asunto no va a solucionarse en un corto espacio de tiempo.

José María Buceta, ex director del gabinete de psicología del Real Madrid nos instruye: “Algunos deportistas han caído en el error de pensar que esto era una cosa de poco tiempo. Me voy a casa, hago unas pesas y enseguida vuelvo a jugar al fútbol”. Por tanto, aceptado el momento, se trataría de positivizar como firma la psicóloga Patricia Ramírez: “Saber cambiar el pensamiento para evitar la queja y el pesimismo y enfocarnos en uno que sea útil y positivo”. Y reafirma Buceta: “Es evidente que tienen que estar activos. Ahora no pueden jugar, pero sí hacer pesas, trabajar en una bicicleta estática… Esos objetivos de rendimiento les van a ayudar mentalmente”. “Mantener una rutina y una disciplina con los horarios es muy importante. Tener hábitos de vida saludable, descansar, comer bien, entrenar… El problema de trabajar desde casa es que puedes abandonarte y un día lo haces a una hora, otro a otra y eso provoca que vaya bajando el rendimiento. Hay que tener esa disciplina de trabajo. Si mi entrenamiento es a las once y antes iba al campo, pues ahora me subo a la bici, pero a las 11” (Buceta y Ramírez).

Otra clave citada por la psicóloga Patricia Ramírez: “Para mantener limpia la mente tienen que hacer cada día ejercicios de meditación en los que, por ejemplo, centras la atención únicamente en tu respiración y sólo tratas de focalizarte en eso. Te ayuda a serenar la mente”. Otra técnica para aliviar la cabeza son los ejercicios de visualización: “Se trata de recordar con los ojos cerrados entrenamientos o partidos reales, incluso verlos en la televisión, en los que ellos hayan tenido éxito para, de este modo, afianzar su confianza. Esto es importante que lo trabajen”. El futbolista no puede desconectar del todo a pesar de la incertidumbre porque habrá un momento en el que va a tener que volver, eso sí, con preguntas irresolubles para este momento: “¿Cuándo vamos a regresar? ¿Cómo va a ser? ¿Qué pasa con mis contratos? ¿Qué pasa con mi dinero…?” (…) “Este es un momento de apoyar a los jugadores, de preocuparse por su familia, de ver cómo están, de intentar atender sus necesidades, porque, por ejemplo, hay futbolistas que se encuentran fuera de su país, que pueden vivir solos y hay que apoyarlos. Me consta que algunos clubes de élite tienen un sistema para llevarles comida a casa para que puedan alimentarse bien”, según Buceta.

Dice a su vez este psicólogo: “Evidentemente, ese miedo al contagio va a estar ahí…” (…) “La única manera de superar el miedo es exponerte poco a poco a la situación que lo provoca”. Carmen Escarti, psicóloga del Betis femenino, explica al AS: “Estoy trabajando más que antes… Mi idea es que si el ejercicio físico es fundamental, el mental también va de la mano. Tienen sus tablas de ejercicio físico y lo hacen todos los días. A nivel psicológico teníamos que estar conectadas. Diariamente les mando información que ayude a mantener a nivel mental y emocional en este confinamiento. Todos los días les mando una tarea para que reflexionen. Algunas me mandan su reflexión y hacemos un “feedback”. Aunque también trata de forma individualizada a aquellas jugadoras que lo reclaman… Hemos empezado ya con sesiones grupales para que ellas compartan. El enfoque es que hicieran tarea diaria y tuvieran una actitud positiva para afrontar el día”. (…) “Ninguna de mis jugadoras tiene depresión. Están aprendiendo mucho de esto, es una prueba más e intento que vean el aprendizaje. Aunque alguna tenga un poco agobio o tristeza. La gestión emocional es que lo tienen que vivir, si están tristes lo tienen que vivir”. (…) “Aunque no siempre hay que estar haciendo cosas. Y momentos de no hacer nada, porque las primeras semanas lo queríamos hacer todo. Hay que parar y meditar… Lo que hemos vivido no se va a olvidar. Algo creo que ha cambiado y lo notaremos cuando salgamos de aquí”. Pero la angustia permanece ahí hasta que no se confirmen los avances necesarios, traducidos en tratamientos efectivos y definitivamente vacunas salvadoras. Aunque en el plan gubernamental lanzado el 28 de abril ya se contempla que los equipos profesionales puedan comenzar a entrenar en mayo, eso sí, de uno en uno y cuidando las normas sanitarias especificadas para el conjunto de ciudadanos.