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Recordando a Pichichi y a Unamuno, en la época del "football del pelotón"

Recordando a Pichichi y a Unamuno, en la época del "football del pelotón"TODOmercadoWEB.es
sábado 14 marzo 2020, 01:00Editorial
de Manuel Rodríguez
“Los partidos del pelotón” que estaban creando una “incivil” competencia entre vecinos y compatriotas, “en una manifestación del más triste localismo”. (Unamuno)

Son dos personajes que están de plena actualidad. Pichichi el recordado goleador y el Unamuno que volvió a darnos lecciones como vimos en la película de Amenábar. Se puede leer en https://visitsanmames.com/blog/ quién era Pichichi y cual era su historia. Sin duda, pocos desconocen que la palabra “Pichichi” hace referencia al jugador que marca más goles durante la Liga española, distinción honorífica que todos los años se entrega al máximo goleador. A falta de un cuarto de Liga, los goleadores actuales se debaten precisamente en un ejercicio donde el límite de goles conseguidos disminuyeron a niveles muy notables, de los más bajos de Europa. Por tanto, el máximo goleador ahora mismo es Messi con 19, de los que 12 fueron conseguidos con el pie, ninguno de cabeza, y 3 de penalti; con 4 goles de falta. El segundo, Benzema, consiguió 14 goles; tercero Suárez llegó a 11 goles; el cuarto Gerard (Villarreal) con 11 goles y Lucas Pérez (Alavés), como Roger (Levante) también consiguieon 11 goles. El séptimo y octavo resultan Ocampos (Sevilla) y Ángel (Getafe) llegaron ambos a 10 goles. Y eso que con el VAR se ha acelerado la fiebre de los penaltis por manos, se han señalado 101 de los que 33 de ellos fueron por manos, un tercio. Con esta tecnología, ya el año pasado fueron pitados 130 y restan por jugarse 110 partidos. En 2017/18 se pitaron 20 penas máximas por mano de 113 totales; en la 2016/17 y 2015/16 fueron 18 de un total de 121 y 97 respectivamente. Sin duda, el incremento es notable justo en esta temporada en crisis de gol.

Rafael Morreno Aranzadi nació en Bilbao (23. mayo.1892) y era sobrino de Miguel de Unamuno. El apodo “Pichichi” se lo asignó su hermano Raimundo por la corta estatura. El interior izquierdo del Athletic Club marcó el primer gol en el Estadio San Mamés, inaugurado en 21. Agosto. 1913, contra el Racing de Irún. Y hay datos biográficos interesantes como futbolista: Su primer partido oficial fue contra el Real Madrid, y Pichichi marcó dos goles en los primeros once minutos de partido, de los tres marcados por su equipo. También es notorio cuando marcó tres goles en la final de Copa de 1915; su imagen era característica porque jugaba con un pañuelo blanco anudado en la cabeza; macó 83 goles en 89 partidos entre el Campeonato regional y la Copa; se retiró con 29 años y acabó arbitrando partidos de fútbol; murió a los 30 años, se dice que ingirió ostras en mal estado. Confirmando que fue uno de los mejores goleadores de la época. Por lo que el diario deportivo Marca creó el premio al máximo goleador de la Liga en 1953.

Del mismo modo, podemos ilustrarnos (https://alacontra.elindependiente.com, Emmanuel Ramiro, 18.10.2019), que en “la década de los 20 cuando el dramaturgo y filósofo vasco dedicó varios ensayos y reflexiones a aquel deporte que por entonces empezaba a rivalizar con la tauromaquia en afición y seguimiento”. Sin duda, un abanico de ideas sobre los espectáculos deportivos. “A Unamuno le seduce el componente de juego y de diversión que observa en el deporte y comienza a criticar la pátina de patriotismo y profesionalidad con la que el deporte se empieza a barnizar a partir de 1920…. Ahí el fútbol es el principal exponente y su crítica mordaz aparece en textos como “¡Pasto y Deporte!” (1924), “Boy-Scouts” y “Foot-ballistas” (1923) , o “Sobre el desarrollo adquirido por el fútbol en España (1924). En este último es donde ya encontramos esa idea del fútbol como opio del pueblo: “Favorece el acatamiento incondicional de las acciones del poder por parte de una ciudadanía adormecida con el espectáculo”. Sigue diciéndonos el articulista que “cuatro años antes de que la Liga de Fútbol Profesional fuera una realidad lamentaba el autor “Del Sentimiento trágico de la vida” que a la tauromaquia le hubiera crecido un hermano bastardo todavía más peligroso. Eran lo que él denominaba “los partidos del pelotón” que estaban creando una “incivil” competencia entre vecinos y compatriotas, “en una manifestación del más triste localismo”.

Sin duda, Unamuno ejercía la crítica con agudo criterio. Y los periodistas tampoco se libraron de su pluma mordaz: “La escasa calidad literaria del periodismo deportivo, incapaz de escribir textos que canten las gestas de los grandes jugadores”. Dicen que el fútbol estuvo muy presente en la vida de Unamuno, viviendo como testigo de excepción ene Bilbao, primero en los partidos que los marineros ingleses disputaban en la Campa de los ingleses, más tarde allí se levantó San Mamés donde empezó a destacar un joven, Rafael Moreno Aranzadi, alias Pichichi, un delantero que en 1911 había fichado por el Athletic, quien procedía de una familia acomodada de Bilbao. Su padre, Joaquín Moreno, abogado que llegó a ejercer como alcalde la ciudad. Su madre, Dalmacia Aranzadi, era sobrina de Miguel de Unamuno: “Pichichi era la amargura de su madre por ser el díscolo de la familia. Que saliese futbolista, que hiciese novillos en los Escolapios para jugar al fútbol con los marineros ingleses era algo que no entendía en su familia”, recordaba Rafael Moreno, sobrino nieto del futbolista en una entrevista en “Deia”.

Relata el articulista Ramiro que “La madre convenció a Unamuno para que iniciase al chaval en la filatelia y así apartarlo del fútbol. Le regaló una colección de sellos ya empezada… pero no cuajó. Unamuno fue incapaz de convencer a su sobrino niego y el fútbol venció”. Ni venció ni convenció, el fútbol fue superior a todos sus argumentos. Por lo que seguimos investigando (https://cartasesfericas.wordpress.com) otros textos como el de Don Pedro Escartín cuando en 1928 recordaba una cita reflexiva de Miguel de Unamuno sobre el fútbol, en los albores del “football” en España en aquella época en la que un pétrreo y pesado objeto de caucho y cuero de escasa esfericidad mareaba jugadores dispuestos sobre el terreno de juego en sistema piramidal. Un “football” muy distinto al actual, tanto en los elementos y los protagonistas como en el estilo, pero con un punto común que ha llegado hasta nuestros días. La cita rezaba así: “El público ha respondido y en finales de década es cuando Don Miguel Unamuno, asustado por incidentes en los campos, vaticina que con el tiempo el fútbol enfrentaría personas, clubes y aún ciudades”.

Ya Unamuno en una columna del 23 de marzo de 1924 había plasmado: “¡El deporte de ver jugar, claro! Y no el de jugar. Porque hay ya el “aficionado footbalístico, que no da patadas al pelotón, pero acaba por convertir en un pelotón su cabeza en fuerza de discutir jugadas y jugadores. Y el daño mayor que está haciendo el “football” entre los chicos no es en el cuerpo, sino en la inteligencia. El público de los partidos de pelotón es aquí el mismo que el de las corridas de toros y no más culto. Se reproducen espectáculos tan vergonzosos como aquéllos de quemar los tendidos de una plaza…. Y empezamos a ver que se está jugando al balón con la corona. Lo que tendría poca importancia si no fuese porque un pacífico espectador se expone a que le rompan la espinilla de una patada… Pero la literatura que el “football” povoca es tan ramplona como la que provocaban las corridas de toros (…) ¡Pan y toros! – era la divisa de los que querían tener al pueblo en perpetuo troglodismo, en barbarie infantil. Y no hay mucha diferencia de esta divisa a esta otra: “¡Pan y pelotón!”… El juego es algo muy seio; el deporte no. Y lo que con vocablo inglés llamamos un “sportsman”, un deportista, suele ser un señorito frívolo que no siente la pasión, la noble pasión del juego de la vida”.

Se mostraba Unamuno muy crítico, pero pretendía acercar el deporte al juego de la vida, los localismos, los grupos incontrolados, la violencia, las banderas… Por supuesto, no se atrevió a escribir de fútbol acerca de la técnica, la táctica o la estrategia. Su sobrino Pichichi sí que pudo imbuirse de estas cuestiones porque se dedicó en la práctica al fútbol profesional, al fútbol jugado, al “football” del pelotón… Así que cada cual a su tema y de ambos aprendimos soluciones prácticas. Justo en estos días cuando el director de Cine, Amenábar, presentó la película “Mientras dure la guerra” y Bartomeu, presidente del Barcelona, descabezó a su equipo de otro vasco-extremeño, Valverde, cambiándolo por un cántabro, Setién, un entrenador enamorado del toque y del “pelotón”. “Unamuno ya se entrenaba de pequeño para defender lo contrario de lo que decía la mayoría”, según afirma el biógrafo Jon Jauristi. Hubiera sido un excelente crítico de fútbol pue se había dedicado con intensidad al periodismo, aunque con mayores fundamentos que la mayoría como para rebatir la propaganda esparcida estos días por los medios y allegados barcelonistas de turno en torno a la sabiduría de Setién en la forma de jugar al “pelotón”… (Unamuno jamás escribió algo para agradar).

Y, definitivamente, me quedo reflexionando sobre lo escrito por Miguel Ángel Ortiz en “Poesía y patadas” acerca de Unamuno: “La Hispania chiquillería – escribió – juega al balón y juego tras él frenética, asustando perros y haciendo caer viandantes desprevenidos”. Y el autor continuaba: “A Unamuno le inquietaba que miles de jóvenes solo se preocupasen del dichoso pelotón en lugar de cultivar, junto al físico, el espíritu. La violencia se desataba en los estadios. Un rancio patriotismo se escondía tras los escudos… Pero sobre todo le horrorizaba lo que denominó “deporte contemplativo”: relatar los partidos hasta el hartazgo se había convertido en el deporte favorito del “aficionado footbollístico que no da patadas al pelotón su cabeza a fuerza de discutir jugadas”. Muy posteriormente, las redes sociales ampliaron medios para que el aficionado medio se pusiera a discrepar sin encomendarse a nadie: “Zidane no sabe a lo que juega”; “Valverde ha roto el estilo del Barça”; “Setién le gusta el toque y el Barça entra en una Nueva Era”; “Simeone no acaba de encontrar la manera de atacar del Atlético”; “Bale es un vago”; “Bale no es un vago”; “Busquets está en decadencia”; “Busquets ha resurgido”; “El Real Madrid no sabe defender”; “El Real Madrid es el menos goleado de los cinco campeonatos europeos”; etcétera. Y todos debemos convivir con muchas más opiniones contradictorias en el fútbol…