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¿Cuál era, hasta ahora, el motor del fútbol?

¿Cuál era, hasta ahora, el motor del fútbol?TODOmercadoWEB.es
viernes 4 septiembre 2020, 01:00Editorial
de Manuel Rodríguez
“Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido y, sin embargo, puede ser que nadie acuda a él”. (Vincent Van Gogh).

Dícese de la industria del fútbol que el virus “COVID-19” destruyó toda su arquitectura que, hasta ahora, había funcionado razonablemente. Los clubes, los contratos con jugadores y entrenadores, los socios capitalistas, las competiciones locales e internacionales, las Federaciones y las Ligas profesionales, los Sindicatos de futbolistas, los medios de comunicación, los facilitadores de ropas deportivas, los funcionarios de industrias auxiliares que daban sostén, todo ello se desinfló como un suflé en el momento que no se pudo jugar con público en las gradas.

Quedaron suspendidas las competiciones y también las planificaciones. El sistema cardio-circulatorio del fútbol precisará de nuevos elementos a incorporar, de nuevos impulsos motivacionales, de una limpieza de los conductos ahora congestionados por el tiempo tanto en arterias y venas principales como secundarias, hay que descubrir una nueva bomba que impulse los fluidos vitales hacia los órganos, tejidos y células del organismo debe actualizarse, no creo que la solución sea un implante siquiera. Tanto el oxígeno como los nutrientes a suministrar a cada célula vendrá aportado por unas nuevas ideas cargadas de creatividad y con una financiación sostenible. Sin duda, habrá un fútbol post-vacuna “Covid19” que espero supere todos sus miedos actuales.

Las experiencias pasadas también valdrán sin necesidad de hacer “borrón y cuenta nueva”. Los presidentes de los clubes ya perciben que la masa salarial deberá repartirse quizás entre menos jugadores. Sobre todo, porque los ingresos van a modificarse también, no tanto porque los aficionados acudan al estadio en menor cuantía que hasta ahora sino porque las televisiones modificarán igualmente sus propuestas, la publicidad se cuestionará sus futuras participaciones. Ya se habla del 30% de aficionados en los estadios desde setiembre, sinceramente yo mantengo aún mis serias dudas. Este aforo se aumentaría a un 50% en la que sería una última prueba antes de ocupar las gradas en un 100% en enero de 2021, al menos esas son las previsiones de la patronal. Sinceramente, creo que irreales…

“El fútbol no necesita moderneces” insiste Jorge Valdano. Pero ya anuncian que para 2021 se mantendrán los cinco cambios en el partido, cuestión que no es del agrado del argentino y, sin embargo, a mí no me parece tan mal porque la experiencia fue positiva, al fin y al cabo, una medida que no retardó el juego en exceso y miró por la salud de todos los futbolistas. Valdano significó: “El fútbol nos pertenece a todos. A los pragmáticos y a los estetas; a los amigos de la improvisación y a los amigos del método; a los amantes del ataque y a los del contraataque. Una pasión que atañe a miles de millones de personas atravesando diferentes idiomas, razas y culturas, no puede tener dueño. Para que eso haya ocurrido, existe un reglamento con un cuerpo sólido, sin duda el mejor libro jamás escrito sobre fútbol. Desde la instauración del fuera de juego en 1925, el fútbol tiene un aspecto que lo hace reconocible en cualquier parte del mundo. Pasaron casi 100 años solo con cambios cosméticos que ayudaron a un mayor rigor disciplinario (tarjetas amarillas o rojas en 1970) o a una mejor dinámica del juego (regla de cesión al portero en 1992). Hasta ahora, si de algo cabía acusar al fútbol era de ser un juego conservador, que se movía con demasiada lentitud”.

Ya en su día Menotti pensaba en los años ochenta que el Reglamento está bien como está, “solamente hay que cumplirlo y hacerlo cumplir”. Igual que las Reglas no contemplaban la reiteración de faltas. El corazón del fútbol está angustiado por la urgencia en la caída de los ingresos y adecuación de los gastos, el ritmo competitivo va al “ralentí”. Pero los “infartos” al corazón pueden suceder por otras cuestiones, Messi no seguirá en el Barcelona. Una de las peores noticias para el fútbol español. Por supuesto, los barcelonistas nunca lo van a entender porque su “motor” sentimental, su “motor” motivacional, su “motor” institucional se trasladará a un fútbol distinto al español. Y su corazón sentimental se resentirá…