Paco Alcácer, el futuro de España: estos son sus secretos

Una sonrisa y los dedos que apuntan al cielo. Es inevitable. En cada gol Paco Alcácer piensa en su padre, fallecido por un ataque cardiaco a la salida de Mestalla. Una emoción enorme que no pudo superar, el primer gol de su hijo con la camiseta de la primera plantilla frente a la Roma. Jugador que ha crecido en casa. Divisiones inferiores, un año para madurar en Getafe y el regreso. En enero Pizzi cree en él y deja salir a Hélder Postiga. La decisión es rentable, desde entonces 10 goles y 2 asistencias entre Liga y Europa League. La revolución para Paco llega en el verano. España sale inmediatamente del Mundial, pero descubre que tiene un atacante joven sobre quien ilusionarse y tal vez construir el futuro. Debut en la fase de clasificación para el Europeo de 2016 con gol ante Macedonia. Nacido en 1993 como Pogba o Icardi, es un jugador dúctil. Rapidísimo y dinámico, comienza como primera punta pero puede jugar como segundo punta, gracias a una inteligencia táctica nada común. No es muy alto (1,83) y compensa este hecho con el oportunismo en el área de penalti. El Barcelona lo ha percibido cuando uno de sus goles hizo caer la imbatibilidad en la Liga de los blaugranas en el Camp Nou después de dos años. Puede marcar de todas las maneras, para él cuenta poco cómo hacerlo, lo importante es meter el balón dentro de la portería, sonreir y apuntar al cielo.