Menu
1ª División2ª División A2ª División BEuropaLatinoaméricaOtras noticias
CalendarioNetworkRedacciónContactos
Canal Primera División
AlavesAlmeriaAthleticAtletico MadridBarcelonaCadizCelta VigoGetafeGironaGranadaLas PalmasMallorcaOsasunaRayo VallecanoReal BetisReal MadridReal SociedadSevillaValenciaVillarreal
tmw / realmadrid / Opinión
El circo de Cristiano
miércoles 17 diciembre 2014, 22:00Opinión
de Ángela Castañeda
para Bernabeudigital.com

El circo de Cristiano

Circo, espectáculo artístico. ¿Por qué de Cristiano? Muy fácil, cada partido del astro portugués es una auténtica exhibición de filigranas de la más alta calidad. Pases imposibles, equilibrios dignos del mejor circense, saltos estratosféricos, chilenas, domador de las defensas más fieras, rabonas y goles de todos los colores. Con Cristiano en el campo, el espectáculo está asegurado, siempre deja destellos que hacen las delicias de los más futboleros y de los que no lo son tanto, porque un pase de tacón o un remate de espuela en cada choque está solo al alcance de muy pocos privilegiados.

Como en la mayoría de shows, hay gente que disfruta por todo lo alto y no se cansa de disfrutar de ellos y hay otro grupo de personas a los que les molesta que otros hagan lo que ellos jamás podrán hacer. El ‘7’ blanco es, sin ninguna duda, el futbolista más atacado por este segundo grupo. Odiado y adorado, Cristiano es el espejo en el que muchos se miran, otros tantos idolatran y bastantes fijan en él la diana de todos sus dardos.

Lo último ha sido llamarle ‘payaso’, todo por intentar un gol de rabona, ¡ojo cuidado! Nada de insultar a un rival, dar una patada fea, instigar al árbitro frente a los contrarios o mandar un balonazo a la grada, no, no. El pecado de Cristiano fue: intentar marcar de rabona. Antes lo había intentado de chilena, pero tampoco pudo ser. Lo grave es que el insulto sea tan fácil de decir, solo por envidia y mal perder, pecados que con un ‘me equivoqué’ no se redimen. Porque el insulto a Cristiano es sencillo, guapo, rico y el mejor jugador, ¿por qué no le van a envidiar? Pero esos celos no llevan a ningún sitio, la admiración sí. Admiración hacia un jugador que siempre intenta superarse a sí mismo, que nunca se da por vencido, cuya ambición es digna de admirar. Un portento físico que siempre lo da todo no por superar sus récords, que también, sino también por el colectivo, por el Madrid, por nuestro Real.

El espectáculo no ha acabado y no tiene vistas de finalizar pronto. El espectáculo debe continuar, por el bien del Real Madrid, del deporte, del fútbol y de los futboleros. Porque posiblemente jamás veamos otro futbolista igual a Cristiano, por todo eso, "Show must go on".