¿Qué le pasa al Nápoles? Para los italianos Benítez es "demasiado ofensivo"

El Nápoles de Rafa Benítez vive una crisis que hace unos meses nadie podría haber pronosticado. Los azzurri el año pasado cerraron la temporada con un tercer puesto en la Liga y el récord de puntos (78), de victorias a domicilio (10) y de goles marcados en todas las competiciones (104). Los sureños, además, fueron el único equipo en la historia de la fase de grupos de la Champions que no consiguió clasificarse a pesar de haber logrado 12 puntos, en una liguilla complicada ante Marsella, Borussia Dortmund y Arsenal. Y, como guinda del pastel, llegó la victoria en la Copa italiana.

Una temporada más que positiva que, de hecho, parece solo un recuerdo: desde la derrota de Bilbao el Nápoles aún no consiguió levantarse. En la Liga solo suma cuatro puntos en cuatro jornadas: ganó al Genoa con un tanto en el último minuto, perdió con Udinese y Chievo, y el pasado miércoles empató 3-3 con el recién ascendido Palermo en el San Paolo. Todos rivales que el conjunto azzurro habría tenido que superar sin problemas: ¿qué pasa, entonces?

Para algunos el problema fue el mercado, que no regaló los fichajes de gran nombre que los tifosi esperaban, sobretodo porqué el presidente Aurelio De Laurentiis anunció que este año la intención era "luchar para el Scudetto sin excusas". Muchos, en cambio, ven como culpable al mismo Rafa Benítez: su 4-2-3-1 es considerado poco adaptado a la Liga italiana, un esquema interpretado de forma demasiado ofensiva y poco equilibrada que deja demasiados huecos en defensa. Algo muy curioso si consideramos la fama de defensivo que el exentrenador del Liverpool tiene en España.

Es verdad, de todas formas, que el principio de esta temporada fue un fracaso: tras el adiós a la Champions, estar a ocho puntos de las imparables Roma y Juve después de tan solo cuatro jornadas es casi una vergüenza inaceptable para los enfurecidos tifosi. Y, obviamente, ya se habla de destitución para Benítez: Mancini y Spalletti estarían disponibles y listos. Una solución que representaría la destrucción de un proyecto que hace un año parecía a largo plazo. El desafío para Rafa está claro: levantar al Nápoles y cancelar las polémicas de estas semanas. Su carrera demuestra que tiene todo el talento y la preparación para conseguirlo.