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El arte de la esgrima puede, y debe, practicarse en el fútbol

El arte de la esgrima puede, y debe, practicarse en el fútbolTODOmercadoWEB.es
domingo 8 marzo 2020, 00:30Editorial
de Manuel Rodríguez
“Es la belleza del gesto lo que buscamos, la justa medida entre lo hermoso y lo eficaz, el arte antes que el deporte, el espíritu del caballero”. (De Pinel de la Taule).

Firmaba Paula Rosas en 23. abril. 2019, aunque se refería al “arte perdido de la esgrima”: “Es la belleza del gesto lo que buscamos, la justa medida entre lo hermoso y lo eficaz, el arte antes que el deporte, el espíritu del caballero”, Sin embargo, podría haber sido una expresión poética para un fútbol bien jugado, estético, distinguido y elegante… Igual que otro experto en esgrima, De Pinel de la Taule significó: “La parte estética prácticamente ha desaparecido. Ahora se busca la eficacia, la brutalidad, la potencia física. Un poco lo que ha sucedido con el tenis”. ¿A algunos les parece idéntica lectura si hablásemos de fútbol? De hecho, hay nuevas corrientes alentando el gusto por el fútbol antiguo, manifestado con términos nostálgicos. “Aquí se viene por el arte, para desarrollar la concentración, el dominio del gesto, el equilibrio, la flexibilidad, la coordinación, pero también la buena educación y la amabilidad”, como señaló Jean-Michel Ulmann quien practica desde hace 55 años. Culminando: “Los beneficios son muchos. Pero no nos tomamos muy en serio. Venimos por el placer”. Ya me gustaría encontrarme con reflexiones de este calibre en manifestaciones transparentes sobre el fútbol…

Incluso con 55 años, personalmente practiqué fútbol con gran conocimiento de las soluciones a adoptar en cada momento, quizás fruto de la experiencia acumulada, por otra parte el problema capital era conseguir la pelota para situarla donde el juego requería, incluso ejecutar con la perfección necesaria en un cuerpo que ya no obedecía a la mente con precisión… Además, con aquella edad, después de jugar un partido de fútbol, ya no compensaba el entusiasmo con el que celebraba la contienda por cuanto los dolores a resolver a posteriori eran múltiples, muslos tetanizados, tobillos hinchados, uñas de los pies moradas, lumbago evidente que me obligaba a doblarme como sentado en una silla y respiración entrecortada del dolor nervioso. Pero, antes de estas incidencias, mi “fútbol de salón” tendía al movimiento elástico sin practicarlo con demasiada calistenia por las consecuencias de todos los finales de partido en las que siempre pensaba, intentando no descomponer la figura, regateando más con la esgrima intuitiva que con la voluntad de gambeteo académico con recuerdos de un juego más juvenil… En fin, vengo a concluir que en torno a esas edades es mejor jugar al fútbol escribiendo, o siendo espectador en la televisión o en el campo, es una manera de jugar muy condescendiente con las limitaciones…

Los buenos futbolistas utilizan el balón como un florete, lo toman en sus pies con apego pero sin pegamento, alguno con virtudes admirables cuya habilidad no está en posesión de todos los que tocan el móvil, y lo conducen, y lo manejan, y gambetean lejos del afán recuperador de los jugadores contrarios. Pero la pugna en el fútbol era más variada, un encuentro de inteligencias interrelacionadas de once en once, engañando, mostrando que ibas hacia un lado pensado por los contrarios y los sorprendías conduciendo a otro lugar para intentar conseguir gol, al fin y al cabo, el botín del juego. También la esgrima verbal es muy interesante en el fútbol, porque a veces sus opiniones se contraponen, se respetan, se escuchan y tienen la posibilidad de rebatir o manifestar sus propias reflexiones. Es curioso, hace unas fechas un niño le pidió a Klopp (Entenador del Livepool) que deje de ganar y el técnico le respondió con una carta muy entrañable. El niño de 10 años, Daragh Curley, aficionado del Manchester United redactó su escrito: “El Liverpool está ganando demasiados partidos. Si ganas nueve más, tendrás la mejor racha de imbatibilidad del fútbol inglés. Ahora ser un fanático del United es muy triste. Así que la próxima vez que juegue el Liverpool, por favor, haz que pierda. Deberías dejar que el otro equipo marque. Espero haberlos convencido de no ganar la liga o cualquier otro partido nunca más". Esta esgrima si que es desesperada y propone el rendimiento incondicional del equipo contrario ante las virtudes del oponente sin querer oponerse con otras cualidades trabajadas al respecto.

Lógicamente, Kloop le respondió con otra carta certificada: "En primer lugar, me gustaría agradecerle por escribirme. Sé que no me enviaste buena suerte ni nada de eso, pero siempre es bueno saber de un joven aficionado al fútbol sin importar qué, así que aprecio que te pongas en contacto conmigo. Desafortunadamente, en esta ocasión no puedo concederle su petición, no por elección de todas formas. Por mucho que quieras que el Liverpool pierda, es mi trabajo hacer todo lo que pueda para ayudar al Liverpool a ganar, ya que hay millones de personas en todo el mundo que quieren que eso suceda, así que realmente no quiero defraudarlas. Afortunadamente para ti, hemos perdido partidos en el pasado y perderemos partidos en el futuro porque así es el fútbol. El problema es que cuando tienes diez años piensas que las cosas siempre serán como son ahora, pero si hay algo que puedo decirte a los 52 años es que definitivamente no es así. Habiendo leído tu carta, creo que puedo decir con seguridad que una cosa que no cambiará es tu pasión por el fútbol y por tu club. El Manchester United tiene la suerte de tenerte a ti. Espero que, si tenemos la suerte de ganar más partidos y quizá incluso de levantar algunos trofeos más, no estés muy decepcionado, porque aunque nuestros clubes son grandes rivales, también compartimos un gran respeto mutuo. Esto, para mí, es de lo que se trata el fútbol. Cuídate y buena suerte, Jürgen Klopp". Claro está, no procedía otra respuesta más educada.

El fútbol sigue teniendo múltiples misterios por descubrir, sin duda este niño está desenfocado en sus conclusiones, pero su alma inocente mira por el beneficio de su equipo. Y no le duelen prendas dirigirse al protagonista de sus males, quizás todavía no llegó al convencimiento de que lo mejor sería alentar al entrenador del United y sus jugadores para que se esfuercen aún más si es que quieren superar al Liverpool. Muchos aficionados no acaban de reflexionar a este respecto. Por eso fue muy interesante la respuesta de Mendilíbar, en la previa del encuentro contra el Barcelona: “Messi descansa en el partido, el muy cabrón…” Una conclusión muy clarividente en esta etapa de un fútbol de esgrima para los grandes, al fin y al cabo, actualmente los árbitros protegen mucho más a los futbolistas que en la época de Maradona cuando una entrada excesivamente aguerrida de Goicoechea dio al traste con la salud del argentino que hubo que solucionar en el quirófano. Sin embargo, el jugador belga Hazard no ha podido superar en esta temporada hasta dos situaciones de lesión para acabar en febrero con una lesión de peroné que ultima su colaboración deseada en el Real Madrid. Por tanto, la esgrima todavía sigue siendo un objetivo tanto para gambetear con balón al contrario como para eludir las lesiones incluso fortuitas en un fútbol cada vez más competitivo.

El domingo 1 de mazo de 2020 se celebró un partido importante para la Liga española, el Real Madrfid y Barcelona se disputaban la primera posición. Ganó el Real Madrid por 2-0 en un partido competido y de difícil lectura por cuanto la primera parte los catalanes dominaron más tiempo la pelota y los madridistas se mantenían estáticos en la posición a la espera del fallo. En esta situación, todo parecía que el Barcelona acabaría imponiéndose en cuanto apareciera el “esgrimista” Messi. Pero no, comenzó la segunda parte con mayo auge físico del Real que se propusieron presionar más arriba a la salida del balón y comenzó a tener la iniciativa. La banda izquierda de Vinicius se convirtió en un pasadizo permanente por su intensidad y desborde hasta que consiguió el primer gol por un ángulo pequeño entre Piqué y Ter Stegen. Casi al final del partido, Mariano consiguió el segundo gol madridista apenas llevaba un minuto en el campo. Aparte del acierto de los jugadores, el esgrimista excelente resultó ser el entrenador Zinedine Zidane por cuanto estuvo confiado, tanto en la reiteración de Vinicius como titular así como en el hecho de la convocatoria de Mariano, el jugador que menos minutos ha jugado con el Real Madrid esta temporada. En esta ocasión, Messi estuvo muy lejos de sus expresiones impensadas a las que nos tiene acostumbrados. Además, también hubo “esgrima verbal”. Piqué aseguró que la primera parte del partido había sido la peor que le había visto al Real, era una manera (quizás infantil) de hacer de menos la victoria de los madridistas. Ramos, el capitán del R. Madrid, contrarrestó dicha opinión (Sergio Santos Chozas, AS 2.3.2020): “Cedimos (en la primera parte) un poco el balón al Barça, decidimos estar más replegados. No sé si mejo o peor pero fue nuestra decisión. Tenían el control del balón pero no generaban ocasiones. En la segunda parte cambiamos el planteamiento, intentando robar en campo contrario y empezamos a crear ocasiones y logramos hacer gol”. Respecto a la opinión de Piqué: “Es respetable la opinión de todo el mundo. Yo firmaba gana todos los Clásicos haciendo una primera parte tan mala como él dice”.

Hay un libro excepcional del portugués Ricardo Serrado, “Messi. El futbolista que juega en el futuro. Cómo la naturaleza humana puede explicar el fútbol”, que profundiza en cuestiones de difícil entendimiento. He intentado sintetizar con algún apunte: “De todos los deportes, ninguno como el fútbol demuestra tan bien la expresión de una individualidad en el acto de proceder. Esto es así porque el fútbol, al contrario de todas las demás modalidades, se juega con todo el cuerpo en su integridad, a excepción de los miembros que nos hicieron racionales y civilizados: las manos”. (…) “Un genio es un creador de nuevas soluciones, de nuevas respuestas, de nuevas interpretaciones. Un talento es un repetidor de automatismos…” (…) “La tarea más complicada en la creación de ideas y soluciones, pues el futbolista tiene que producir arte improvisado, con el cuerpo, espontáneamente, sin cualquier preparación consciente. Al contrario de muchos artistas, Messi no produce arte de manera planificada. Le sale del cuerpo, instintivamente, sin que él tenga gran poder sobre eso. El jugador del Barcelona se expresa en el campo con el cuerpo de la misma forma que Mozart se expresaba a través de la música, o Shakespeare a través de la escritura”. Magistral enfoque, un homenaje a un futbolista singular de difícil definición y catalogación… Aunque, sin dudas, es el rey de la esgrima futbolística.