Madrid, capital Lisboa

El momento más esperado por el madridismo en la última década ha llegado. Han pasado ya 12 años desde que el Real Madrid disputara su última final europea. Fue en Glasgow, contra el Bayer Leverkusen y con Zidane y Casillas como héroes de la 'Novena'. Por el camino han quedado las eliminaciones vergonzantes en octavos contra Lyon, Roma, Arsenal o el 'chorreo' de Anfield. La final ha llegado en 2014, pero pudo ser perfectamente en 2011, 2012 o 2013. El Madrid de Mourinho se chocó una y otra vez contra el muro de las semifinales. En una ocasión fueron los árbitros, otra los malditos penaltis y en la última una noche aciaga en Dortmund lo que apartó al conjunto blanco de la ansiada 'Décima'.

Desde que el Real Madrid volviera a la élite europea en la segunda etapa de Florentino Pérez, todos los madridistas sabían que este día llegaría tarde o temprano. Ahora el club de Chamartín está donde merece por historia, tradición y grandeza. El mal trago pasado en estos últimos doce años, puede convertirse en una noche de éxtasis si Iker Casillas levanta al cielo de Lisboa la añorada 'Orejona'.

Sin Pepe, con la duda de Benzema y con Cristiano y Bale entre algodones, el Real Madrid llega a la gran batalla con las dudas propias de las últimas jornadas de Liga, pero con una ilusión desbordante que debe evitar que se transforme en una presión agotadora. Y es que los partidos contra Valencia, Valladolid y Celta costaron un título y parte del crédito que se había ganado el equipo de Ancelotti durante la temporada. Ahora, el técnico italiano siente la final de Lisboa como una espada de Damocles amenazando su cabeza. La valoración de la campaña, justa o injustamente, dependerá del resultado del derbi europeo. Mientras, en Milán, esperan una derrota de los blancos para pescar entrenador en río revuelto.

Y enfrente estará el Atlético, actual campeón de Liga y eterno rival. Simeone juega al despiste con la lesión de Diego Costa, intentando crear dudas en las filas merengues sobre la alineación y la disposición táctica para la final. Será un partido en el que la intensidad y la batalla del centro del campo pueden decantar la balanza hacia uno u otro lado. En el último derbi liguero, los rojiblancos ganaron ambas luchas durante más de 60 minutos, pero la calidad de la delantera blanca sirvió para al menos rascar un punto del Calderón. Eso debe servir de lección al Atlético. O hace un partido sobresaliente durante los 90 minutos, o la Champions League volará hacia Cibeles.

Lisboa se convertirá durante 24 horas en la capital de Madrid. Se espera que más de 100.000 aficionados disfruten de una jornada histórica en Portugal. La ilusión y los nervios serán los protagonistas durante las horas previas. La alegría y la tristeza se repartirán a partes iguales con el pitido final. El Atlético se presenta con su particular décima -Liga- en el bolsillo, el Real Madrid con el objetivo de firmar su mejor campaña en la época moderna y de seguir escribiendo con letras de oro en el libro de la historia del fútbol europeo. Los dos equipos velan armas; una ciudad, un país y un continente esperan campeón.