Las ligas en los despachos. Cómo cambiar de categoría en pleno mes de agosto

Comienza a hacerse frecuente que a semanas del inicio de la competición esté en el aire la participación de uno u otro equipo en el fútbol español. Es la consecuencia de los incumplimientos en diversos ámbitos, básicamente de los impagos a instituciones o jugadores. Durante un tiempo era el proceso del final feliz. Ya podían acumular deudas los clubes que a última hora aparecía el Ayuntamiento, la Diputación o el empresario afín a ambas para sacar las castañas del fuego a quienes habían incumplido sus compromisos. Total, sobraba la pasta y el afán de notoriedad. Ahora las instituciones locales y provinciales están tan tiesas como los clubes y no pueden asumir el papel de salvadoras.

Así, por este motivo y por un mayor control (era hora) de las irregularidades tan frecuentes desde décadas atrás, se ha hecho habitual que cada verano, entre descensos administrativos y desapariciones o liquidaciones se queden por el camino más de media docena de clubes. Este año al margen de casos tristes de muertes anunciadas como el del Ourense, está generando clamor el caso del Real Murcia. La nueva normativa le manda a Segunda División B cuando sobre el campo estuvo cerca de subir a Primera. Qué ironía. Los propios responsables del club reconocen que no pueden cumplir la norma al no poder alcanzar un acuerdo satisfactorio sobre el aplazamiento de la deuda con la Agencia Tributaria. Y claro, duele muchísimo verse en la División de Bronce. Admitiendo que se ha incurrido en una situación que, aplicando la reglamentación estrictamente, les condena. Unos principio rectores de la competición que ha aprobado la propia Liga, de la que todos los clubes inscritos forman parte.

Se han sublevado cientos de actores del mundo del fútbol. Jugadores, técnicos, dirigentes... A nivel estatal. Pero el apoyo que más sorprende es el de la AFE en el nombre del apoyo a los integrantes de la plantilla del Real Murcia. Curiosa la postura del equipo de Rubiales. Como se han encargado de subrayar los futbolistas del Mirandés, equipo que será repescado a la Liga Adelante. ¿Ellos no tiene derechos por formar parte de una institución que ha cumplido unas normas? ¿La Asociación de Fútbolistas no debería cargar contra los causantes de los incumplimientos en lugar de posicionarse con el apoyo a sus jugadores, a favor de quien está "fuera de la Ley"? Se debería revisar la reglamentación si es injusta, pero no se puede penalizar a quien cumple salvando a quien no está en regla. Y repito, son los propios dirigentes del Real Murcia los que asumen que no pueden cumplir estas normas.

Comienza a ser controvertido el papel de la AFE por el doble rasero, en casos como el actual, o como el del Deportivo de la pasada temporada, en la que los medios gallegos en primera línea cuestionaron su actuación. Como llama la atención el enfoque de la Liga de Fútbol Profesional. La pasada temporada precisamente el Real Murcia se benefició de un descenso administrativo, por presuntas irregularidades en el proceso de ampliación de capital de una SAD, el del Guadalajara. Qué ironía. Sería bueno conocer cómo se decreta la salida del Fútbol Profesional del Guadalajara mediante un proceso concreto, y en el caso del Alcorcón se procede a una votación entre mientras de la propia Liga, como si un Comité Disciplinario no tuviera atribuciones o potestad. Y por qué se votó la repesca del Real Murcia la pasada campaña y en esta, según parece, se concederá la plaza en la División de Plata a quien presenta mejor derecho deportivo, el Mirandés. Y de paso, no estaría de más que explicaran cómo, en respeto de una norma retrógrada de hace 30 años, hay cuatro clubes en España que no deben convertirse en SAD ni afrontar las ampliaciones de capital a las que otros se ven obligados so pena de irse a Segunda B. Esta es la democracia del fútbol español.