La semana de Diego Costa

Llegó la semana de Diego Costa. El jueves, Vicente del Bosque dará la lista de convocados para los amistosos que España jugará en el mes de noviembre. Se presupone que el seleccionador va a incluir en la lista al delantero del Atlético de Madrid y a partir de ahí la polémica está servida. El debate sobre su presencia en el equipo español no ha acompañado durante semanas y seguirá con nosotros hasta el Mundial.

El peaje de la incorporación de Diego Costa puede ser excesivamente caro. Futbolísticamente, y teniendo en cuenta el estado de forma del atacante hispano-brasileño, seguramente no admita más discusión que la derivada de los gustos personales del seleccionador que llevamos dentro. Habrá gente que prefiera Villa. Otros a Negredo. A Soldado o a Llorente. O al atacante de moda del fútbol español en el mes de junio. Es cierto, que ha sido Del Bosque mentar a Diego Costa y los delanteros españoles se han reivindicado con goles. Queda mucho de aquí a mayo cuando Vicente del Bosque tenga que dar la lista, pero la plaza de Diego Costa parece fija.

Diplomáticamente, con Brasil hemos topado. La Confederación Brasileña de Fútbol no ha encajado excesivamente bien que España le haya robado a un futbolista con el que verdaderamente Luiz Felipe Scolari nunca había contado.

Y siendo mal pensados podría decirse que el seleccionador brasileño ha hecho lo que tenía que hacer. Sin contar con él, y sabiendo que entre sus 23 para el Mundial no tendría sitio, le ha convocado para cubrirse las espaldas. Ha preferido que sea el propio Diego Costa el que renuncie a su país para que en caso de que el destino enfrente a las dos selecciones en el Mundial y por esas cosas que tiene el destino, Diego Costa sea el hombre del partido, él pueda estar libre de culpa.

Lo que está claro es que Diego Costa se ha aprovechado de una reglamentación extraña de la FIFA, que convendría que modificara y dejara clara, para poder cumplir el sueño de todo futbolista: jugar un Mundial. Con España, tendrá opciones. Con Brasil, era una utopía.