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La garra de la Juve, las enfermedades de la Fiorentina y el robo al Nápoles

La garra de la Juve, las enfermedades de la Fiorentina y el robo al NápolesTODOmercadoWEB.es
sábado 9 mayo 2015, 13:30Editorial
de
Nacido en Nápoles el 4 de agosto del 1988, corresponsal del diario AS en Italia y redactor de Tuttonapoli.net

Italia llegó a estas semifinales europeas repleta de ilusión: después de años de fracasos llevar tres equipos, entre Champions y Europa League, representó un triunfo que sería histórico dando aquel pasito más que regalaría el gran final. Sin embargo, los partidos de ida causaron situaciones muy distintas entre los conjuntos del Bel Paese, con un único punto común: el sufrimiento.

La Juve confirmó su madurez europea ante el Real. El trabajo de Allegri, en este sentido, fue perfecto: Conte hizo grandes cosas, pero nunca supo convencer a la hora de luchar fuera de su país. Su heredero, a pesar del escepticismo que le acogió en Turín, ha conquistado ya scudetto y final de la Copa italiana y está a un paso de la final de Champions. Para batir a los Merengues hizo falta muchísima garra (la imagen de Chiellini herido y furioso ya es historia) y algo de suerte: en el tramo final de la primera mitad el Real presionó mucho y estuvo a pocos centímetros del 1-2 que, quizás, habría sentenciado la eliminatoria. En España habrá que aguantar mucho, aunque la vuelta de Paul Pogba podrá regalar calidad y cantidad fundamentales para la medular. Lograr una hazaña legendaria es posible.

La Fiorentina se desmoronó en Sevilla. Los de Montella, cuyo trabajo fue por segundo año consecutivo muy bueno en las tres competiciones en las que participó, cayeron en el Pizjuán víctimas de dos enfermedades que siguen haciendo mucho daño: la falta de puntería y de carácter. En la primera mitad tuvo cuatro ocasiones claras para marcar un gol que habría cambiado totalmente el rumbo de la eliminatoria, pero una vez más en esta temporada no fue concreta y se quedó con nada. En la reanudación, después del 2-0, pareció casi rendirse, olvidando que con un 2-1 el partido de vuelta habría estado totalmente abierto. No es ninguna tragedia, los andaluces son superiores, pero duele pensar que con un poco de precisión arriba (Pepito Rossi, ¿dónde estás?) y algo de experiencia, quizás el proyecto Varsovia seguiría en pie. Ahora hace falta un milagro.

El Nápoles vivió una de esas noches que no se olvidan. En un San Paolo que rugió como sólo él sabe, los de Benítez en la primera mitad sufrieron la organización táctica del Dnipro, que no dejó casi huecos. En la reanudación el tanto de David López (el primero de azzurro para un campeón de humildad y gran trabajador) puso el choque cuesta abajo: los ucranianos se abrieron y los partenopei tuvieron cinco, seis ocasiones para sentenciar. Sin embargo, Higuaín no estuvo a la altura de su inmensa clase perdonando demasiado, y al final llegó un odioso castigo. El tanto de Seleznyov no podía ser más ilegal: un fuera de juego clarísimo, un error garrafal e imperdonable del linier que causó la rabia de los napolitanos. De Laurentiis acusó a Platini y la respuesta del francés fue abrir un expediente por las bengalas de los tifosi, la falta de organización en el San Paolo y pronto también por sus palabras, demasiado fuertes. De todas formas, conquistar la final sigue siendo posible: los de Benítez tienen calidad de sobra para meter un gol en el partido de vuelta y sellar el pase. Será un partido de sufrimiento, como los de Juve y Fiore. Pero eso, para los equipos italianos, nunca es novedad.