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Inteligencia emocional

Inteligencia emocionalTODOmercadoWEB.es
domingo 8 febrero 2015, 18:24Editorial
de

Días difíciles para el madridismo. La brecha abierta por el Atlético se hace más profunda según pasan las horas. La fiesta de cumpleaños de Cristiano ha terminado por colmar la paciencia de una parte de la afición. Vaya por delante que dicha celebración estaba organizada desde hace tiempo y que los jugadores tienen derecho a disfrutar de su día libre como les venga en gana. Quizá lo que más duela sean las imágenes de los futbolistas cantando, bailando y disfrutando de la noche como si nada hubiera pasado unas horas antes en el Vicente Calderón.

No infrigieron ninguna norma, no. Tampoco es el mismo caso de Neymar y Alves, que se saltaron esta semana el toque de queda de Luis Enrique para festejar el cumpleaños del primero en una discoteca. Para más inri, Neymar llegó tarde a entrenar a la mañana siguiente. La noticia pasó desapercibida entre los medios deportivos, sin embargo la fiesta de Cristiano llenará páginas de periódicos y horas de debate en televisión. La diferencia salta a la vista y no merece ni ser comentada.

El debate sobre el cumpleaños de Cristiano es solamente ético y moral. Los madridistas pasaron un mal día tras ver a su equipo arrastrarse de forma penosa y sin actitud por el césped. Quizá con haber tenido un poco más de decoro en la celebración hubiera sido suficiente. Flaco favor han hecho a los jugadores los encargados de que salgan a la luz fotografías y vídeos. Filtraciones que ponen a los futbolistas en el disparadero y que manchan su reputación. Debió controlarse más el acceso a la fiesta y sobre todo faltó un profundo examen de conciencia y ponerse por un momento en la piel de los hinchas.

La ausencia de inteligencia emocional ha provocado que las redes sociales echaran humo exigiendo más compromiso y profesionalidad. El escudo siempre por encima de todo. Un jugador del Real Madrid debe saber lo que representa tanto dentro como fuera del terreno de juego. Hay que respetar la vida privada de los futbolistas, pero es lógico que los madridistas se cabreen al ver cómo se lo pasaron algunos después de perder 4-0 contra el Atlético. Esa falta de empatía con la afición es lo realmente criticable. Después de una humillación histórica hay que taparse. La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo.

Mismo caso que el de Iker Casillas, que no supo o no quiso hacer autocrítica tras el derbi. El guardameta falló y volvió a caer en el mismo error que en épocas pasadas. Echó la culpa a otros compañeros del primer gol de los de Simeone. Mal, muy mal. La autocrítica es una señal de humildad y responsabilidad. Aprender de los errores te hace más grande, ignorarlos solo te lleva a la mediocridad. Que alguien se lo explique a Casillas de una vez. Aunque quizá ya sea demasiado tarde.

El Real Madrid debería inculcar a sus jugadores unas nociones básicas de inteligencia emocional. Que intenten comprender cómo se siente el aficionado en diferentes acciones. En la fiesta de Cristiano no hubo ninguna falta de respeto, pero sí de afinidad con los madridistas. Al final, lo realmente preocupante es la imagen que se dio en el Vicente Calderón. Eso no quita que de vez en cuando los multimillonarios futbolistas devuelvan a los seguidores una milésima parte de los que estos les dan. ¿Y a Casillas? Pues unas sesiones intensivas de capitanía y buen hacer.