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¡Entrenadores…! ¿Jóvenes o veteranos? ¿Buenos o malos? (III)

¡Entrenadores…! ¿Jóvenes o veteranos? ¿Buenos o malos? (III)TODOmercadoWEB.es
martes 24 noviembre 2020, 00:56Editorial
de Manuel Rodríguez
“Un soldado tiene derecho a un mando competente”. (Julio César).

“Alemania ha dejado de producir el número de buenos futbolistas de otras épocas… La primera razón, y esto es un factor global, son las distracciones de la nueva tecnología, comenzando por los móviles. En Alemania ya no existe el fútbol en la calle. Para Naby Keita, Mané, Mbappé, Firmino o Neymar, la única posibilidad real de ganarse la vida fue hacerse jugadores de fútbol. En Alemania no tenemos tantos chicos que vean el fútbol como la mejor posibilidad de hacer una carrera profesional. Esto significa que los clubes deben plantearse seriamente cómo reemplazar el fútbol callejero. Los jóvenes necesitan más tiempo de entrenamiento”.

Pero hay otra conclusión categórica: Alemania tiene un excelente nivel de fútbol, pero es gracias a los entrenadores. Asegura Ralf Rangnick: “Cuando empecé a estudiar educación física en la universidad, en 1978 para mí se hizo evidente que no quería jugar ese 3-5-2 con un líbero y marcas al hombre, con dos centrocampistas defensivos que debían trabajar duro presionando la pelota y asegurarse de que el “diez” tenga un bonito día. Como pensaba que el fútbol debía ser más proactivo y complejo, tuve que buscar en el extranjero. Así descubrí a Valeri Lobanovski y Arrigo Sacchi. Ellos tuvieron una gran influencia en mi idea de presión orientada al balón y marca zonal con línea de cuatro. En los 80 y en los 90 esto en Alemania era una excepción. Franz Beckenbauer dijo en 1995 que con jugadores alemanes no puedes hacer marca zonal con línea de cuatro porque no entenderían la cobertura de la zona”.

(…) “Hay una tendencia de volver a la línea de tres. Pero esto no tiene nada que ver con el empleo del líbero de los viejos tiempos. Ahora se trata de un sistema de defensa zonal orientado a presionar al balón, no al hombre. La formación que empleas, 3-4-3, 3-5-2, 4-2-2-2, es solo la rueda del timón. Puedes hacer presión alta y jugar al ataque con cualquier formación. Para mí debes adaptarse al tipo de jugadores que tienes. Si en mi plantilla tengo cinco centrales de primera categoría, ¿por qué tengo que jugar con dos? Tiene más sentido poner a Upamecano, Konaté y Klostermann; o a Upamecano, Halstenberg y Klostermann, que tener a dos de ellos en el banquillo”. (…) “Si miramos a la última Champions, tres de los cuatro semifinalistas jugaron con línea de cuatro: Bayern, PSG y Lyon. El único equipo que esporádicamente juega con línea de tres es el Leipzig. En el caso de Nagelsmann su propósito no es defender mejor sino tener más elementos para construir el juego sin que los rivales lo presionen. Para él es principalmente un medio ofensivo y no defensivo”.

Son puntos de vista muy transparentes que no se acostumbran a comentar en medios. Es de agradecer. Me gustaría comentar que hace unos tiempos pude comprobar cómo algunos entrenadores de juveniles practicaban fundamentos tácticos con gran confusión. Por ejemplo, hubo una época que el acento se ponía en “defender en línea” (era moda) y traducían que se trataba de poner a los jugadores adelantados en la línea central del campo sin ninguna profundidad. Lo cual daba muchas oportunidades a los equipos contrarios porque no sabían dónde “achicar”; dónde “presionar”; dónde acortar los espacios y, por ejemplo, se les olvidaba neutralizar al hombre-balón que efectuaba los mejores pases a la espalda de su errónea “defensa en línea” justo en medio campo. Ah, y hacer jugar al portero fuera del área de penalti ejerciendo de hombre libre.

Otra moda temporal fue que si los defensas recuperaban no salieran conduciendo al estilo de los equipos alemanes de siempre. Hasta que Pep Guardiola aclaró que, con la conducción, se dividía la acción de los jugadores contrarios y se creaban espacios positivos. Si un defensor salía al conductor de pelota, éste pasaba al apoyo; si el defensor se decidía por marcar al apoyo, el conductor debía profundizar hasta el fondo de las últimas líneas del contrario, con todas las consecuencias. Los jóvenes copiaban pero sin fundamentos.