Diego Costa, lo que no tienen otros delanteros

Diego Costa ha sido el delantero revelación de la Liga española, al margen de estadísticas, goles, tarjetas, juicios de valor de todo pelaje, lesiones y "próstatas de yegua"... Una vez resuelta su doble nacionalidad, la propuesta del Seleccionador y su propia aceptación, así como la resolución de su puesta a punto física, Costa es un jugador que tiene elementos distintivos para sumar a la Selección.

Diego Costa es "pendenciero", "canchero", "arrabalero", y todas esos adjetivos que denotan un carácter indomable y provocador con los jugadores contrarios. Eso que podría traducirse como un temperamento irreductible y malhumorado que podría degenerar en desobediencia para su propio entrenador no se da sin embargo, como se ha venido demostrando en su trayectoria.

Su intensidad en el juego, tanto para robar balones como para competirlos y disputarlos en cualquier zona del campo, no le quita potencia y entusiasmo para atacar la portería contraria en posesión de la pelota. Agresivo, veloz, potente, buen salto de cabeza, mejor pierna derecha que izquierda, es más un llegador que un francotirador a puerta... Incluso, a veces, sus permanentes rupturas podría sacar de ritmo a su propio equipo por su constancia en el desmarque...

Aportará a la Selección española ese punto de "mala leche" que hasta ahora carecía la Selección, una disputa asegurada de todos los balones echados al hueco y una ayuda evidente para los hombres que llegan desde atrás. Evidentemente, no es tanto lo que él hace sino lo que permite que hagan sus compañeros por su generosidad en la disputa a los contrarios.

Su desequilibrio no es solo técnico, táctico o físico... Costa desgasta mentalmente a los contrarios, si no lo conocen y no saben soportarlo acabará por ponerlos nerviosos, hará que acumulen tarjetas y las expulsiones que él sabe guardarse para sí se las cargará a las espaldas de los otros. Este aparente juego embarullado en momentos del partido forma parte de su sello distintivo hasta el punto de que los contrarios los predispone negativamente; incluso al mismo árbitro si no gradúa sus escenas presionantes... Por supuesto, el espectador va a estar ahí deseando "agredirle" y me gustaría ver las respuestas de sus paisanos brasileños si ambas Selecciones se enfrentasen en una final...

Es evidente que este tipo de jugador nunca lo había tenido España desde hace tiempo, y es de confiar que haya superado sus contracturas o roturas musculares hasta el punto que pueda expresarse en toda su riqueza futbolística... Y en caso de no ser receptor de múltiples pases, se encargará de abrir muchos huecos para sus compañeros. Por tanto, hay que buscarle jugadores próximos que entiendan sus desmarques para favorecerse de su generosidad táctica...

Con todo, deberá poner énfasis en no prodigarse en acciones negativas que solo aporten mal ambiente, sin encontrar mejoras prácticas para él, para su equipo, y para golear... Quizás deba recapacitar en ciertos momentos más de lo que hace ahora. Pero, por favor, no perdamos de él esos puntos distintivos que hacen de él un futbolista distinto...