Danilo: Buena venta, mala compra

Siguen trascendiendo detalles sobre la operación de traspaso del lateral derecho Danilo al Real Madrid y aumenta la impresión inicial de que la negociación ha tenido un triunfador claro: el Oporto. Reconociendo que la entidad blanca se lleva a un óptimo futbolista, con un gran futuro (23 años y protagonismo creciente en la Selección de Brasil), el precio desembolsado resultaría difícil de justificar si existieran organismos de control serios en los clubes de fútbol.

Se parte de la base de los 31,5 millones que el Oporto, oficialmente, comunica a la Comisión de Mercado de Valores Mobiliarios. La tercera parte ya se ha liquidado, en el momento del acuerdo. Y se pueden agregar, según informaciones periodísticas, otros 3,5 millones en variables que serían de fácil cumplimiento. Inquietante para la economía blanca la información difundida por O Jogo sobre las comisiones: todas irían a cargo del Real Madrid al igual que las cantidades relativas al mecanismo de solidaridad, el 5 por ciento del total de la transferencia, equivalente a cerca de 1,5 millones de euros. Precisamente el detalle de las comisiones no es menor. Se especula con la posibilidad de que el cierre de la operación se haya precipitado para evitar la nueva norma en las transferencias de jugadores que limita el porcentaje de las ganancias para agentes e intermediarios. Esas cantidades estarán destinadas (se puede hablar de cerca del 10 por ciento del montante total del traspaso) para los agentes del defensor y para los tres (sí, tres) intermediarios que según O Jogo, una vez más, habrían intervenido en las gestiones por parte del Real Madrid.

No se debe olvidar el 10 por ciento destinado al Santos (compromiso adquirido por el Oporto en el momento de la compra del pase). Una cifra que podría también ser asignada al Real Madrid. Millón arriba millón abajo es muy posible que el balance final registre un gasto cercano a 40 millones. Si se considera que la oferta salarial al jugador ha sido muy superior a la ofrecida por el Barcelona, la entidad blanca ha comprometido una fortuna por un jugador que, no lo olvidemos, era dueño de decidir su destino dentro de nueve meses, y que sólo a partir de esta temporada, con la llegada de Lopetegui al banquillo del Oporto, ha rayado a buen nivel.

El Barcelona lo ha intentado hasta última hora, con la baza Neymar y una buena propuesta económica. Pero el hecho de tener que renunciar a disputar con el Oporto, en el primer semestre de la próxima temporada, la Champions League, para poder ser alineado en el torneo continental por el Barça a partir de 2016 ha sido determinante. Felicitaciones nuevamente a los responsables de la sanción impuesta por la FIFA, los efectos no se terminan jamás. En el Barça ya se pasó del victimismo al lamento, ahora se percibe más si cabe la gravedad de la situación cuando se precisa convencer a futbolistas de primer nivel de que adopten soluciones bizarras como jugar sólo el torneo nacional para preservarse para el Barça. La propuesta catalana para el Oporto consistía en 25 millones más una rebaja en la opción de compra por Tello. Todo al final insuficiente

Es evidente que el Real Madrid compra caro. ¿Y qué pasa con el Oporto? La avalancha de elogios surgidos desde los medios españoles y portugueses hacia Pinto da Costa, presidente de la entidad portuguesa, por realizar esta venta no tiene (tanta) correspondencia con la realidad. No se debe olvidar que el pase de Danilo costó 18 millones (no 13, como se comentó días atrás). Un beneficio importante pero no espectacular. Al Oporto, como al Benfica, se le mitifica por realizar compras a precios bajos y ventas por importes desorbitados. Pero todo tiene sus matices. Para las compras en la mayoría de los casos recurren ambos clubes (y antes también el Sporting) a fondos de inversión. Que son lo que recaudan la mayor parte de los beneficios cuando cristalizan los traspasos. Sólo así se explica que el Oporto haya registrado en su último balance económico un pasivo de 278,5 millones de euros. Vendiendo por una media de 60 millones en cada verano. El Oporto no se enriquece con esas ventas millonarias. Como los ganadores de la lotería, "tapa agujeros". Se ve en la obligación, temporada tras temporada, de vender jugadores para poder sobrevivir. Porque de los pretendidos beneficios debe restar en la mayoría de los casos importantes cantidades para quien prestó el capital, o parte del mismo, para cerrar las llegadas de futbolistas. Y es que la realidad a veces no es lo que parece.