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¿Qué fútbol es en el que tú crees?

¿Qué fútbol es en el que tú crees?TODOmercadoWEB.es
miércoles 8 abril 2020, 01:00Editorial
de Manuel Rodríguez
Las creencias antiguas son difíciles de erradicar. Incluso aunque sean demostrablemente falsas”. (Edward Osborne Wilson).

Cada cual tiene su pensamiento del fútbol, tanto antiguo como actualizado y, difícilmente, cambiará de opinión ni siquiera porque se lo inculque el mejor entrenador de fútbol existente. Incluso, se podrían aceptar matices, teorías, conclusiones, y nuevas planificaciones mentales, siempre que sirvieran para reforzar las propias ideas consolidadas durante años. En estos momentos de crisis, cuando el fútbol ha parado por motivos sanitarios globales como nunca ocurrió hasta la fecha, es buen momento para reflexionar. Aunque transformar los pensamientos sobre el juego requiere de mucho tiempo, ya que no es tan fácil mejorar los equipos solo por el hecho de agrupar a los mejores futbolistas con más altos contratos. Encontré, recientemente, el libro “Eres aquello que crees”, de Hyrum W. Smith, no se trata de ningún entrenador de fútbol, quien propugna el principio de “Modelo de realidad” citando a su vez a Ken Blanchard: “Una vida eficaz empieza y acaba con nuestras creencias acerca de cómo satisfacer nuestras necesidades básicas”. Lo mismo que “Conviene tener en cuenta que muchas creencias se apoyan en el prejuicio y en la tradición”, como sentenciaba Descartes. Como quiera que sea, la historia táctica del fútbol es una panoplia, un arco iris donde cada cual elige su color favorito y casi irrenunciable.

Estas fechas de parón futbolístico práctico son muy oportunas para refrescar aspectos históricos de las tácticas del fútbol más mentadas. De inicio, indagué en el libro “Futebol a sério”, del portugués Carlos Daniel, con una excelente perspectiva, quien nos recuerda principios como el que aseguraba que “o melhor jugador era o que melhor driblava”, aseveración que poco ha cambiado en el imaginario colectivo, incluso desde que el partido de fútbol contemplaba equipos que se posicionaban tácticamente con “La pirámide clásica” con sus distintas disposiciones en 1.1.1.8.; 1.1.2.7.; 1.2.2.6.; ello durante 20 años hasta 1883. En 1884 surgió un paso táctico relevante hacia el “Sistema clásico” o “pirámide” definida como 1.2.3.5. Allí empezó a distinguirse la defensa, el medio campo y el ataque. ¡Elemental mi querido Watson! Pero muy atentos, porque luego se ha descubierto que Sherlock Holmes nunca dijo tal expresión en ninguna de las novelas escritas por sir Arthur Conan Doyle aunque, en alguna ocasión pronuncia la palabra “elemental” y en otras “mi querido Watson”, pero por separado y en contextos diferentes y nunca juntas. Por tanto, hablando de fútbol puede haber enfoques variables, muy matizables…

Persiguiendo el equilibrio entre acciones ofensivas y defensivas, se va prescindiendo de la individualidad improductiva y se confirma el comienzo de la idea de marcaje. Herbet Champan, histórico entrenador del Arsenal, concretó que “El pase interior no es un movimiento espectacular. Pero es mejor que correr a lo largo de la línea y centrar. La posibilidad es de 1 para 9 a favor de los defensas”. Fue un hito para el cambio de las tácticas, la evolución de la “Ley del Fuera de Juego” en 1925, con la reducción de tres a dos defensas entre el último atacante y la línea de puerta. Chapman introdujo la táctica “WM” en 1932 con su disposición numérica en 1.3.2.2.3. En mi primer libro en 2009, “La Ignorática y el fútbol”, ya plasmé la aparente similitud de aquella formación con la de Cruyff con su “Dream Team”, apuntando las profundas diferencias en su desarrollo práctico después de haber transcurrido más de 60 años. Bien es cierto que en los años 30 hubo otras ideas dignas de mención, el italiano Vittorio Pozzo, dos veces campeón del mundo en 1934 y 1938, lanzó ideas revolucionarias como fuera el juego sin balón, los cambios de posiciones entre los atacantes, la actitud de no mostrar miedo a ser dominado para después atacar rápido y en profundidad que dio lugar al nacimiento del contraataque. Frente al “jogo seguro” de Pozzo apareció la “Wunderteam” de Hugo Meisl una fórmula atacante nacida en Austria. Fue para mí toda una sorpresa que en Portugal apareciera el Sporting de los “Cinco Violines”, ubicados en 1.2.3.5., con el entrenador Fernando Peyroteo. Sorprendentemente, muchos equipos modernos actuales se han mostrado con esta configuración táctica, lo cual no significa que el fútbol se esté convirtiendo “vintage” porque, en el fondo, las novedades del fútbol no se centraron exclusivamente en el mero dibujo.

La Hungría de los años 50 acabaría jugando en 1.3.2.5; el Real Madrid empezó a fichar de manera singular en 1953 y de la mano de Miguel Muñoz dio lugar a la consecución de cinco “Copas de Europa” en 1.3.3.4., o 1.3.2.5., hasta 1960. A aquel equipo se habían incorporado jugadores notables peo sobre todo Puskas y Di Stéfano, éste actuando ya como un 9 global, a todo campo, un precedente muy notable de los “9 falsos” de principios del 2000… Brasil en 1958 había comenzado a funcionar en 1.4.2.4., ganando el Mundial de entonces, por lo que el Benfica de Eusebio, muy pendientes siempre de las influencias brasileñas, se prendió de ese hilo y empezó a tener éxito, principios de los 60, justo de la mano del entrenador húngaro Bella Guttmann.

En 1962, en el “Mundial Chile”, Pelé llegó lesionado, y Brasil se presentó con una distribución más racional y equilibrada, en 1.4.3.3.; en 1966 ganó Inglaterra dibujando en 1.4.4.2. Ya conté en alguna ocasión que cierto directivo de la UDS, en un partido de juveniles que no pudo asistir el entrenador oficial Tony Almaraz, se “pegó la gran pasada” con nosotros al querernos ilustrar acerca del “cuadrado mágico” de la Hungría del 50, aquel medio campo formado por los dos medios y los dos interiores colocados geométricamente en un teórico cuadrado, vaya de paso que nuestro equipo había evolucionado mucho más por entonces ya que estoy hablando de 1963, cuando tenía 15 años. Por supuesto, nuestro equipo juvenil ya se adhería a las selecciones que postulaban entre el 1.4.2.4.; el 1.4.3.3.; o el 1.4.4.2.

A partir de los 60, aún prevalecía lo individual sobre lo colectivo, lo atlético sobre lo técnico, los marcajes seguían siendo “al hombre” (individuales y “si el contrario se va a mear vas con él” decían los entrenadores), se formaban triángulos entre los extremos-defensas laterales-interiores para atacar y algo menos para defender, se acudía a los remates de cabeza en balones colocados por los extremos que llegaban al fondo o en centros rifados a la olla desde la vertical del ataque, etc. Cuando un teórico me informó del “cuadrado mágico” en 1963, Nereo Rocco ganó con el Milán al Benfica de Lisboa, introduciendo la variación táctica del “catenaccio” con la formación 1.1.4.3.2. En los dos años siguientes (1964 y 65), fue el Inter de Milán el que ganó en Europa con Helenio Herrera, incorporando éste el “cerrojo” que le copió a Karl Rappan de los años 30. Se utilizó ya sin “tapujos” al “hombre libre” o “escoba”. Se empezó a consolidar la idea de que un equipo con buena estructura defensiva podía ganar a otro más ofensivo. Aclarando que no fue Helenio Herrera el inventor del “catenaccio” como se afirma en numerosas publicaciones.

Y el fútbol iba evolucionando hacia el 1.4.3.3.; incluso el 1.4.4.2. Estas idas y venidas numéricas denotan aspectos tácticos aún sin consolidar. Todo lo apuntado reseña pequeños detalles de un fútbol que, aún estando inmersos en sus posibles novedades, aún no se era consciente de ese progreso hasta que los resultados empiezan a refrendar el éxito. ¿En que fútbol creía yo entonces? Apenas tengo conciencia de las evoluciones y progresos en el juego y eso que, desde el año 64 al 67 ya había jugado en la Unión Deportiva Salamanca en Tercera División como equipo puntero; también en la Selección española de 20 años ganando el Torneo de la FICEP en Holanda; incluso en la Selección Nacional juvenil clasificándonos para UEFA en Portugal; o la Selección de Castilla y León juveniles, etcétera, con excelentes entrenadores para aquella época.