Protocolos... ¿También en los campos de fútbol?

Es la palabra de moda, sobre todo a raiz de las muertres por ébola en España y la última persona infectada que intervino en la atención del último fallecido en un hospital de Madrid. Ahora todo gira en torno a lo mismo, si los protocolos son los adecuados, si los protocolos se cumplieron, si los protocolos son insuficientes, si los protocolos resuelven todas las tomas de decisión que se dan en un determinado trabajo... Normalmente, en el fútbol, se marcan una determinadas pautas en los Reglamentos de Competición, en los comportamientos de los equipos respecto a sistemas de retribución de los equipos en el asunto de las televisiones; de los contratos a los jugadores; de los horarios; de las fechas para fichar ya en el mercado de verano o de inverno; etcétera. Esos protocolos son pautas fijas que obligan a todos para la mejor gestión y administración tanto de los Clubes, de la Federación o de la Liga de Fútbol Profesional. Ahora bien, ¿Cómo se fijan protocolos en las formas de jugar? No hay entrenador que sea capaz de formalizar un protocolo de pautas estrictas, ni siquiera en la fijación de quién debe tirar un penalti... Porque tantas veces hemos visto que el penalti lo tiró un jugador que no estaba previsto por el entrenador, y al fin y al cabo es una decisión circunstancial donde intervienen dos jugadores: El que lo tira habitualmente; el que le ruega al anterior que se lo deje tirar... Y rompiéndose este protocolo no se buscan responsables aún habiendo ocurrido un fallo... Recientemente Siqueira en el Atlético de Madrid se saltó dicho protocolo, falló y, como mucho, Simeone ha dicho públicamente que no cree que Siqueira vuelva a tirar un penalti en el Atlético de Madrid. Dentro del terreno de juego no nos podemos imaginar a un defensa queriendo intervenir en un posicionamiento defensivo, la orientación de un marcaje, la distancia con su portero y el centro del campo más por donde circula el balón en cada momento, son reglas de tres muy complejas para escribirlas en un manual por parte de un entrenador y, lógicamente, imposible de memorizar por un futbolista... Siempre habrá un marco de actuación, unas pautas aceptadas por todos los futbolistas siempre en función de comportamientos propios y del otro equipo... No puedo imaginarme un avance con balón controlado por parte de Messi, arrancando en medio campo, el recuento de jugadores próximos, los que le van a entrar, los que desdoblan y protegen a sus compañeros, el posicionamiento de los propios compañeros, los que vienen por detrás del balón, los que van por delante y que corren a posiciones adelantadas con el riesgo de caer en fuera de juego, el protocolo de jugar y regatear está en la cabeza de Messi, cogido por alfileres, todo lleno de condicionales... Pero, sobre todo, aprendidos en los entrenamientos porque en el fútbol ninguna jugada es igual, las circunstancias todas distintas, la capacidad de reacción e improvisación es subconsciente porque jugar al fútbol de esa manera es puramente intuitiva y menos pensada... El protocolo dentro del terreno de juego es impensable, irrealizable, los gestos y acciones serán un fiel reflejo de aquello que se entrenó; incluso, muchas veces, y nos ha pasado a todos los que hemos jugado no sabemos muy bien por qué hicimos lo que hicimos, por qué utilizamos la cabeza, o el muslo, o la rodilla de aquella manera sorprendente para acertar de una manera impensada. Pero también se puede fallar y cuando piensas la jugada razonas que debiste hacer aquello y lo de más allá para haber acertado... Pero el fútbol son momentos... Y éstos no están escritos, no están protocolizados... El juego y los jugadores necesitan tener amplias facultades para moverse y actuar a su albedrío, bien es cierto que debe seguir las pautas generales que el entrenador marca para el equipo. Pero el "qué" nunca debe confundirse con el "cómo"... De hecho, a mi me escama el jugador que siguió el protocolo porque me suena a burócrata del juego, justo donde no debe ser un oficinista: "¡Yo hice lo que me mandó el entrenador...!". Una excelente manera de descubrir que ese tipo de jugadores no son buenos para un equipo creativo, para un colectivo de bien mandados mejor fichamos a "soldados de la Legión..." Así que los protocolos para lo que proceda. En el fútbol, en el partido, dentro del terreno de juego, pocos protocolos rígidos y mucha iniciativa para satisfacer al público con un fútbol bien jugado y lleno de creatividad e improvisaciones entrenadas durante años.