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EL MILAN, EN LA GUERRA MADRID-BARÇA

EL MILAN, EN LA GUERRA MADRID-BARÇA
sábado 7 abril 2012, 00:00Editorial
de
Jesús Alcaide es periodista de EL MUNDO y sigue la actualidad del Real Madrid desde la sección de deportes del periódico.

España es país de extremos, de filias y fobias. No son muy utilizados los tonos grises. Mandan el blanco y el negro, las afirmaciones rotundas. Y las dos Españas futbolísticas, la madridista y la que no comulga con el nueve veces campeón de Europa, han encontrado su enésimo frente de batalla en la polémica que perjudicó claramente al Milan durante el partido de cuartos de final de la Champions en el Camp Nou. El madridismo ha interiorizado el mensaje de José Mourinho. Hay un equipo claramente beneficiado en las últimas campañas por sus buenas relaciones con los organismos dirigentes, tanto españoles como internacionales.
El colectivo mediático, casi en su mayoría, se alinea con el sector culé, al que apoyan todos los que sin ser del Barça ven a los azulgrana como el único poder capaz de aplastar al equipo que aún domina el palmarés, al más odiado. Ese grupo cuestiona lo que considera victimismo y simples excusas de perdedores. Pero lo cierto es que prácticamente toda la afición blanca se siente defendida por alguien que reniega de los atajos, que mantiene un discurso claro y frontal. Jamás el entorno mediático ha vivido tan alejado de la realidad social. Sí, muchos otros entrenadores fueron cuestionados, pero sus resultados o sus actitudes provocaron que parte de la afición compartiera el discurso periodístico. Esta vez el divorcio es absoluto.
Mourinho ya ha lanzado su mensaje después de lo ocurrido en el Camp Nou. A su juicio, el Barça ya está clasificado para la final, no concede ninguna oportunidad al Chelsea y, evidentemente, no sólo se basa en la aparente superioridad futbolística del equipo azulgrana, sino que aprovecha la ironía para recordar todo lo que ha ocurrido en los últimos años. Con razón o sin ella, en anteriores ediciones de la Champions se han sentido perjudicados ante el coloso azulgrana, clubes tan dispares como Chelsea, Arsenal, Inter, Real Madrid y ahora Milan. Demasiadas víctimas que no sólo admiten lo bien que juega el equipo de Pep, sino que además, han acabado protestando y ejerciendo el recurso al pataleo por clara impotencia ante una serie de decisiones arbitrales cuestionables. De acuerdo, el Barcelona es el más guapo, elegante y distinguido, quizás en un concurso de Mister Universo se llevaría el premio casi sin necesidad de desfilar. Pero no parece presentable impedir que participen los demás, aunque tengan chepa o verrugas. Todos tienen derecho a competir en igualdad de condiciones.
La ironía de Mou ya ha sido convenientemente criticada por supuesto derrotismo. Pero hay un problema para todos los que siempre encuentran motivos para el cuestionamiento del portugués. Muchos de ellos calificaron como genialidad de estratega la declaración de Guardiola cuando afirmó que era imposible ganar la Liga. Se trataba de un extraordinario movimiento intelectual y una buena manera de motivar a los suyos. Ese doble rasero es lo que ayuda a buena parte del madridismo a identificarse con su técnico.